Extradición a los opositores polà­ticos

01/01/2005

Declaracià³n de Partido Comunista Colombiano sobre la extradiccià³n de Simà³n Trinidad

La entrega de Simà³n Trinidad a los EE.UU es un hecho que hiere la soberanà­a colombiana. Todas las fuerzas democráticas del paà­s están obligadas a expresar su rechazo a esta polà­tica de indignidad. Uribe podrá renunciar a la soberanà­a nacional, pero no en nuestro nombre. No en nombre del pueblo colombiano. La Corte Suprema de Justicia tiene responsabilidad en estas anormalidades, a raà­z de sus recientes decisiones, afirma Caycedo Turriago Secretario General del Partido Comunista Colombiano en declaracià³n remitida a ANNCOL con sede en la ciudad de Estocolmo.

01.01.2005 [Jaime Caycedo/PCC/Bogotá] La extradicià³n de Simà³n Trinidad es un hecho que hiere la soberanà­a colombiana. Uribe es el único presidente en el mundo que extradita a sus opositores polà­ticos.

Una cosa es que los delitos polà­ticos se reconozcan y juzguen en Colombia. Simà³n Trinidad debà­a purgar una pena de 80 meses por rebelià³n.

Otra cosa es pretender negar la condicià³n de presos polà­ticos a detenidos como Simà³n Trinidad y endosar a otro Estado el juzgamiento de su conducta. Uribe desconoce la Constitucià³n que prohà­be la extradicià³n por motivos polà­ticos. Aunque Trinidad no haya sido pedido formalmente por tales causas, es una ceguera negar su calidad de preso polà­tico, en tanto figura notoria de una fuerza insurgente colombiana enfrentada al Estado por razones polà­ticas. La Corte Suprema de Justicia tiene responsabilidad en estas anormalidades, a raà­z de sus recientes decisiones.

Nadie entiende que mientras Uribe extradita a sus opositores, los narcoparamilitares gozan de plena impunidad. Curiosamente, los responsables de masacres de poblacià³n civil, de asesinatos de disidentes, de activistas sindicales, educadores y periodistas, exigen nuevas concesiones y beneficios de parte del gobierno.

Todas las fuerzas democráticas del paà­s están obligadas a expresar su rechazo a esta polà­tica de indignidad. Uribe podrá renunciar a la soberanà­a nacional, pero no en nuestro nombre. No en nombre del pueblo colombiano.