Venezuela: El 3D, sus consecuencias y el PSUV

30/12/2006
Posicion de Utopì­a y Bloque Socialista sobre la propuesta del Partido Único. Por Sergio Sánchez y Carlos Mogollan.

Fuente: www.aporrea.org

La victoria popular del 3 de diciembre, representa un duro golpe a las pretensiones imperialistas de volver a controlar a la república de Venezuela y sus riquezas, demuestra el grado de conciencia antiimperialista adquirido por la gran mayorà­a del pueblo y reafirma ante el mundo el carácter democrático de esta revolucià³n.

Si bien esta victoria es importante, significativa e histà³rica, este es solo el comienzo de una de las etapas más difà­ciles de este proceso revolucionario. A lo largo de estos años hemos derrotado las distintas tácticas imperialistas para acabar con la revolucià³n.

La victoria del 3 de diciembre con una diferencia contundente, es motivo de júbilo y celebracià³n para todos, pero no debe significar tranquilidad o pasividad por parte de los revolucionarios. El imperio y sus agentes internos están heridos pero no derrotados, una vez mas han cambiado su estrategia, la cual debe ser motivo de estudio y análisis, para asà­ evitar caer en errores, que nos pudieran costar años de lucha y de trabajo.

El pueblo no debe caer en la ingenuidad de pensar que de un momento a otro la oposicià³n se volvià³ democrática por haber aceptado los resultados electorales y su derrota. La vida de muchos camaradas caà­dos y de muchos desaparecidos nos recuerda que la derecha no es democrática y simplemente no puede serlo porque entrarà­a en contradiccià³n con su esencia reaccionaria. Al ser derrotados por todos los caminos, despuà©s de años de menospreciar la conciencia del pueblo, han decidido disfrazar su estrategia y llevar sus planes de una manera más discreta, se han dado cuenta que solo presentando una imagen de seriedad y de organizacià³n mantendrán la unidad a lo interno de sus seguidores, que les permita crecer paulatinamente.

A esto se le suma que la oposicià³n venezolana entendià³ que necesita sumar a sectores populares que actualmente se encuentran apoyando al Presidente Chávez pero que están descontentos por la gran cantidad de vicios presentes en buena parte de los funcionarios y los partidos del Gobierno Bolivariano. El burocratismo, presente en todas las instituciones del estado, la corrupcià³n, por parte de muchos que osan llamarse camaradas, el despotismo de algunos que hablan de socialismo pero al llegar a un cargo maltratan, humillan y se olvidan del pueblo y el oportunismo, son comportamientos de buena parte de la clase dirigente del chavismo, que han ido mermando la tolerancia del Pueblo y peor aún, la esperanza

Un sector de la oposicià³n comprendià³ que si acumulaba fuerzas en vez de convocar a Guarimbas, podà­a, en corto plazo, ganar algunos espacios territoriales como gobernaciones y alcaldà­as, ya que la aceptacià³n popular de casi la totalidad de los alcaldes y Gobernadores afectos a la Revolucià³n está por debajo del 35% según una reciente encuesta, por lo que se prevà©n varios referà©ndum revocatorios a estos funcionarios.

¿Que Hacer?

Podrà­amos asegurar que en las bases del chavismo existe una situacià³n revolucionaria que de no ser leà­da y atendida correctamente generarà­a consecuencias catastrà³ficas para el proceso. El pueblo pide transformaciones radicales y que se generen acciones contundentes contra la burocracia, la corrupcià³n y el oportunismo.

En esta etapa del proceso, debemos llevar a cabo efectivamente la consigna "Revolucià³n en la Revolucià³n". La unidad antiimperialistas con un mero fin electoral debe acabarse, de ahora en adelante al ladrà³n debemos llamarlo por su nombre ladrà³n y al oportunistas no debemos denominarlo compañero, camarada o compatriota sino oportunista.

Paralelo a esto debemos entender esta etapa como una nueva momento en la lucha de clases y comprender que estos males no son solo causa de malas intenciones o de individualidades, sino que son caracterà­sticas propias del sistema capitalista y de la estructura del estado burguà©s, por lo tanto a la par de las denuncias y la confrontacià³n debemos impulsar las transformaciones de la estructura y la superestructura que permitan crear la nueva base econà³mica socialista y el verdadero poder popular.

Seguir postergando estas transformaciones traerá como consecuencia que los sectores oportunistas y reformistas, la llamada quinta columna, que solo hablan de socialismo de la boca para afuera pero que no moverán un dedo para la transformacià³n del estado, aboguen por un pacto de supuesta unidad, por un gobierno "amplio y de reconciliacià³n" con sectores de la oposicià³n, tal como el llamado que hace el partido reformista PODEMOS a crear la Misià³n Jesús para la reconciliacià³n nacional y de amplitud del gobierno. Ya los sectores reformistas del proceso han lanzado sus tesis liberales y reformistas sobre la enmienda constitucional y sobre el Socialismo del Siglo XXI. Los Socialistas, aun no hemos presentado un programa de transicià³n al socialismo y las consecuentes modificaciones que se necesitan hacer a la constitucià³n. Tampoco hemos sido capaces de unificarnos organizativamente.

En este sentido, el llamado que acaba de hacer el compañero Presidente Chávez sintetiza perfectamente las necesidades urgentes de los revolucionarios: El programa de transicià³n al socialismo y el partido para llevarlo a cabo.

Más aún, la convocatoria a crear el PSUV desde las bases, transforma cualitativamente la manera de hacer polà­tica dentro de las fuerzas bolivarianas, que hasta ahora han heredado las prácticas de la IV República. Para ascender dentro del Estado se necesita compadrazgo, amiguismo, complicidad con grupos de poder del Chavismo. No hacienden los escogidos por el Pueblo ni sus ideas y propuestas. Cuando el Presidente habla de un debate democrático, desde las bases, está hablando del Centralismo Democrático, en donde el criterio de las mayorà­as se impone sobre el de las minorà­as.

Luego, el debate sobre los cargos de direccià³n del PSUV es absolutamente secundario frente la discusià³n del Programa de Transicià³n al Socialismo. El Programa de Transicià³n son las medidas que debemos tomar y como tomarlas, en lo econà³mico, polà­tico e ideolà³gico, para transitar de la actual sociedad capitalista a la sociedad socialista, es decir ¿Como trasformar las Relaciones Sociales de Produccià³n?, ¿Como construir el Poder Popular que sustituya el viejo Estado?, ¿Como subordinar los instrumentos de reproduccià³n ideolà³gica (Escuela, Universidades, Iglesias, Medios de Comunicacià³n) al control del Pueblo?, etc.

Si nos entrampamos en este momento en la discusià³n de cargos, terminarán imponià©ndose los aparatos actuales y el Pueblo, sencillamente, se desmoralizará. Por el contrario, el debate debe ser para unificarnos en las ideas, para unificarnos programáticamente. Luego de esto, dentro de un año o más, una vez unificados en las ideas, tendremos la madures como Pueblo para discutir el asunto organizativo y evitar que la burocracia partidista asuma el control del PSUV.

Otro asunto fundamental es que el PSUV debe ser un partido clasista, es decir, que defienda los intereses de los explotados y no como hasta ahora ha sido el MVR, un partido policlasista, que defiende los intereses de los explotados y los explotadores. El PSUV no puede tener en su seno a explotadores y mucho menos su ideologà­a y programa. Por esto, al llamado a constituir el PSUV desde las comunidades, hay que sumarle la construccià³n desde las fábricas, desde las universidades, desde el campo, entre otros. Es decir, al carácter territorial le debe sumar el carácter sectorial y clasista.

Por supuesto, serà­a ingenuo pensar que los sectores reformistas y burocráticos aceptarán la propuesta del Presidente tranquilamente y dejarán que el Pueblo los desplace de los espacios de Poder y de la direccià³n de la Revolucià³n. Ellos tratarán de secuestrar el censo de militantes, de evitar la articulacià³n de las Asambleas de socialistas de diferentes localidades, de impedir la comunicacià³n entre la nueva estructura que se crea y el Presidente. Debemos entonces, promover las Asambleas de Socialitas permanentes a escala barrial, parroquial, municipal, estadal y nacional, para evitar que sea la burocracia partidista quien integre las conclusiones de las discusiones.

Es tiempo de hacer un balance del camino recorrido y de limpiar las filas bolivarianas. Esta debe ser una de nuestras principales tareas, sumada a las tareas propias de la construccià³n Socialista que apenas comienza y sobre todo, de la unidad de los socialistas, condicià³n sin la cual no podremos avanzar.

CONTRA EL IMPERIALISMO, LA CORRUPCIÓN, EL REFORMISMO Y EL BUROCRATISMO, AVANCEMOS UNIDOS EN EL TRANSITO AL SOCIALISMO

Utopà­a - Bloque Socialista