Reflexiones para avanzar en la solución de la cuestión nacional de Euskal Herria

02/06/2002

de Euskal Herriko Komunistak (EHK)

INTRODUCCION

La disolucià³n de lo que fue el Frente de todo el Pueblo-Acuerdo de Lizarra-Garazi ha sido una importante victoria polà­tica de la oligarquà­a financiera y monopolista que controla el Estado capitalista español a travà©s de la gestià³n de los aparatos polà­ticos de su confianza, PP y PSOE. El contragolpe de las fuerzas reaccionarias enemigas del Pueblo Vasco ha disuelto provisionalmente la única alternativa posible y razonable de adentrarnos en una etapa democrática en la que todos los avances en un sentido de mayor libertad, de reformas progresistas y de desarrollo pacà­fico se veà­an como posibles.

Pero no sà³lo la sucia actividad de zapa y de subversià³n de los à³rganos de espionaje y de provocacià³n del estado (del CESID a la prensa burguesa y de los jueces a los polà­ticos y policà­as) ha liquidado el Acuerdo de Lizarra. Tambià©n la astuta y calculada indecisià³n del nacionalismo burguà©s (PNV, EA) y el oportunismo de las fuerzas socialdemà³cratas (IU, Batzarre, Zutik) han tenido un rol destacado en la concrecià³n de esta importante derrota para el Pueblo Trabajador Vasco que ha sido la disolucià³n de Lizarra-Garazi. Por si esto fuera poco, tambià©n se ha disuelto una de las claves de bà³veda que hizo posible Lizarra: la unidad de accià³n LAB-ELA, que permitià³ aglutinar a una mayorà­a sindical y obrera a favor de la libertad nacional y la Paz.

En esas condiciones de intento deliberado de congelar el proceso polà­tico democrático, era bastante natural que la tregua unilateral proclamada por ETA no pudiese prolongarse en el tiempo. Si el PNV ambicionaba que el MLNV se fuese disolviendo lentamente y sus sectores pequeño burgueses terminasen por integrarse en el jelkidismo como ha pasado con antiguos là­deres de EE y con un antiguo eurodiputado de HB, la realidad le ha mostrado que sus sueños eran imposibles.

Pero tenemos que reconocer y no podemos ni debemos ocultar que el MLNV ha cometido graves errores polà­ticos que han contribuido a llevarnos a esta situacià³n de impasse polà­tico de la que es necesario salir. Errores que debemos examinar sin miedo para poderlos superar. Por un lado, la Izquierda Abertzale paga las consecuencias del abandono en los últimos años de la dialà©ctica marxista, que es un afilado instrumento de comprensià³n profunda de la lucha de clases en una sociedad de capitalismo avanzado como es la vasca. Sufre de una incomprensià³n grave de la naturaleza de clase del nacionalismo burguà©s y eso le lleva a posiciones esquemáticas y rà­gidas: de la simpatà­a más entusiasta, hasta el punto de intentar agradar a sus dirigentes evitando toda crà­tica y toda posicià³n polà­tica que pudiera incomodarle (por ejemplo Euskal Herritarrok se negà³ a liderar una amplia oposicià³n popular a la guerra criminal de la OTAN contra Yugoslavia en 1999 y el perià³dico "Gara", además de postular a là­deres, por ejemplo, jeltzales en sus páginas y censurar a verdaderos revolucionarios, eliminà³ el equipo de investigacià³n que habà­a sacado a la luz numerosas corruptelas cometidas por determinados jelkides), al anatema más furibundo, acusando al PNV de todos los males mientras se repite como una letanà­a "PNV cipayo, PNV, traidor". El PNV NO ES TRAIDOR ni a la clase obrera ni al Pueblo, por la sencilla razà³n de que nunca se ha comprometido en serio con ellos. Si acaso pudiera serlo a la "Nacià³n vasca" de rà­os de leche y miel con la que sueñan algunos idealistas en la I. Abertzale y que, en su sueño romántico, creen , quieren creer que el partido jeltzale está dispuesto a sacrificar un ápice de sus intereses econà³micos en pos de la soberanà­a y la independencia de Euskal Herria. El PNV es fiel y eficaz gestor de los intereses econà³micos de las clases medias vascongadas, de la burguesà­a autonomista y no monopolista y de las ambiciones de poder de sus cientos de cuadros que controlan resortes importantes de poder administrativo.

Pero eso no significa que en el PNV no exista tambià©n un amplio sector obrero y popular y que no se puedan dar ya las condiciones para reconstruir un nuevo Frente de Todo el Pueblo que pueda imponer al Estado reaccionario español una solucià³n democrática y progresista al conflicto vasco. El PNV, siendo un partido de naturaleza burguesa, cumple un rol más democrático, nacional y antifascista que el que cumple el PSOE como simple gestor de los intereses de clase del capitalismo imperialista.

La desesperacià³n de los fascistas españoles y sus lacayos socialespañolistas radica en el hecho de no haber metido al nacionalismo burguà©s y jelkide en su senda de colaboracià³n activa con "la solucià³n final" (es decir con la liquidacià³n polà­tica y fà­sica de la Izquierda Abertzale y la derrota policial y militar del Pueblo Vasco) de la cuestià³n vasca. Cierto es que no por ganas de alguna casta jeltzale sino porque el PNV-EA sabe bien que eso serà­a su suicidio polà­tico. Su gran à©xito ha sido y es el saber nadar entre el soberanismo de boquilla y su españolismo de facto. Ibarretxe representa a la perfeccià³n este inmenso fraude a la sociedad vasca.

Por otro lado, el proceso Batasuna, si se concebà­a como una alianza entre la Izquierda Abertzale consecuente y los socialdemà³cratas de Batzarre, Zutik y Aralar, ha fracasado ante la espantada de estos últimos.

Pero si se concebà­a como la reconstitucià³n de una nueva Unidad Popular amplia y diversa, pero aglutinada en torno a una alternativa táctica justa, tampoco ha sido un à©xito completo por más que los Comunistas y otros compañeros y compañeras hayamos gozado de plena libertad para dar a conocer nuestras propuestas, ideas y valores. Subsisten aún graves secuelas de la etapa de la "Homogeneizacià³n" absoluta que vacià³ de contenido a la antigua Unidad Popular y que esterilizà³ la capacidad de debate, la iniciativa de la base, la libertad de pensamiento y la sana costumbre de la crà­tica y de la autocrà­tica entre la militancia y los dirigentes.

En otro orden de cosas conviene destacar el impacto negativo, mediáticamente exacerbado, que en amplias capas de poblacià³n era previsible que tuviera el retorno de la lucha armada. Más aún si, como ha sucedido, algunas ekintzak han tenido efectos colaterales indeseados contra trabajadores vascos. De cualquier manera está completamente fuera de lugar "condenar las acciones armadas" en una sociedad como Euskal Herria, en la que la violencia es ejercida sistematicamente por el poder burguà©s.

Un factor absolutamente clave, pero relegado de los análisis oficiales de la izquierda abertzale, y que condiciona de manera determinante los ritmos actuales y futuros del proceso vasco es el internacional. Es concretamente la hegemonà­a absoluta del imperialismo yanki-europeo que ha optado claramente por respaldar la continuidad en sus fronteras actuales del reaccionario estado español, convertido en desvergonzado lacayo de todas las aventuras militaristas lanzadas por los USA. Esto quiere decir que Euskal Herria tiene la desgracia, y a la vez la suerte, de no contar con el apoyo de ninguna potencia imperialista para su proyecto nacional. Cada vez que estas potencias han decidido poner bajo su dominio y su pillaje a grandes áreas geográficas y a pueblos enteros, han empleado el recurso de crear pequeños estados fantoche que acostumbran a ser regà­menes fascistas o semifascistas, cuando no nidos del narcotráfico y de todas las corruptelas, como es el caso de Eslovenia, Croacia, los fragmentos de la antigua Bosnia-Herzegovina, el protectorado de Kosovo, Lituania, Letonia, el norte de Irak bajo control de los kurdos reaccionarios, Kuwait, los emiratos del Golfo, etc. Estamos orgullosos que el proyecto de una futura República Popular de Euskal Herria suscite la desconfianza de los magnates financieros, de los generales asesinos del Pentágono y de los explotadores europeos.

Y tienen razà³n. El proyecto humano, nacional y democrático por el que nuestro Pueblo suspira, será un anti-modelo frente a la barbarie infinita que los imperialistas nos proponen. Pero tenemos que saber que de momento no existe una correlacià³n internacional que permita el reconocimiento generalizado de dicha República, ni siquiera en su modalidad mas pro-imperialista y reaccionaria, despuà©s de que el Pueblo Vasco hiciese saber su deseo de crear un Estado independiente a travà©s del ejercicio del derecho democrático de autodeterminacià³n. Lo cual no deslegitima la lucha por obtener el reconocimiento de dicho derecho sino todo lo contrario. La que aparece deslegitimada y totalmente inviable es la alternativa federal que propone I.U., ya que resulta evidente que en un Estado sometido a la hegemonà­a de la burguesà­a fascista admiradora de Franco, Fraga, Aznar y Bush, no es posible ningún desarrollo progresista para Euskal Herria. No deja de ser sarcástico que la I.U. que acepta la Constitucià³n unitarista y monárquica que el P"C" eurocomunista contribuyà³ a redactar, se llene la boca de vez en cuando con la reivindicacià³n republicana y federal.

PROPUESTA POLÍTICA

A corto y medio plazo no hay alternativa a la reconstitucià³n del Frente de todo el Pueblo en un nuevo Lizarra 2. Aquellas opiniones que hablan de una larga etapa de desgaste que puede durar muchos años nos parecen propias de quien no sabe jugar polà­ticamente con sagacidad. Eso sà³lo sucederá si no sabemos atraer, con inteligencia y con presià³n, a los sectores hoy prisioneros del tandem Ibarretxe-Arzalluz.

EL PARADIGMA PALESTINO

Tras una decena larga de años infructuosos, al calor de unos està©riles Acuerdos de Oslo, el Pueblo palestino retoma la intifada y los sectores más conscientes y combativos toman conciencia clara del funesto papel que ha desempeñado la corrupta y complaciente burguesà­a palestina, de la mano del impotente Arafat y su A.N.P.

Se hace más evidente que nunca que la liberacià³n del pueblo palestino jamás llegará de la mano de esos sectores aburguesados y comprados, quienes intentan "vivir del cuento" ,entre la radicalizacià³n verbal y la sumisià³n de facto a los intereses israelà­es-norteamericanos. Nunca una burguesà­a iba a liberar a un Pueblo oprimido y esta no iba a ser una excepcià³n.

Por el contrario, son los movimientos de masas y las organizaciones más reprimidas quienes llevan ahora la iniciativa. El patà©tico papel de Arafat, cada vez más cuestionado, pugna entre la comprensià³n internacional y la represià³n a que le obligan de su propio pueblo.

Pues bien, salvando todas las distancias, ese es el papel que juega, a otra escala, evidentemente, el PNV-EA con Ibarretxe. Si algo ha demostrado el 13-M es la tremenda dependencia de la burguesà­a media vasca hacia los resortes de poder econà³mico que maneja. La sola amenaza de perder el manejo de 1 billà³n de ptas (presupuesto C.A.V. para 2002), más las haciendas forales bizkaina y gipuzkoana, o los pingües negocios en Ayuntamientos y empresas públicas, el clientelismo tan arraigado o incluso las competencias ya asumidas que pudieran ser revertidas al Estado, han creado una alarma tal en ese mundo de subvencionados, que cualquier otra idea abertzale es absolutamente sacrificable.

De ahà­ que un dà­a sà­ y otro tambià©n, busquen el aplauso de la oligarquà­a vasco española. Abjuran de todo aunque ese todo sea su historia, pasada o más reciente, y abominan de cualquier relacià³n con la I.A., tal es el temor que sienten a perder sus poltronas.

La pequeña y mediana burguesà­a vasca ahora mismo NO ESTA PARA LIZARRAS. Pero si algo debemos aprender de todo ello es que si queremos que se mueva en la direccià³n adecuada, habrá que utilizar exactamente el mismo argumento que le ha valido al gobierno español: amenazar su estatus y sus beneficios econà³micos; en este caso, desenmascarando ante el Pueblo Trabajador todos los negocios, tejemanejes, etc., que se traen una parte del nacionalismo burguà©s con la oligarquà­a española y que son los que provocan que PNV y EA (o al menos una parte de ellos) se sientan cà³modos en la actual situacià³n y no quieran, por lo tanto, ningún cambio. Desde nuestro punto de vista, es en el carácter de clase del nacionalismo donde está la clave de su forma de actuar.

EL TÍBANO Y EL BUEY

Necesitamos mover a ese gran buey en que se ha convertido el PNV-EA del pastizal español, donde descansa plácidamente. Pero no tenemos la llave que sà­ posee la oligarquà­a española: la reversià³n de todo el entramado autonà³mico y el poder y dinero a ello unido. Aznar, en este sentido, bien sabe lo que hace al sugerir continuamente que las cosas pueden ir hacia atrás: recuperar la ertzaintza, no renovar el concierto, dictar leyes "armonizadoras" sobre materias exclusivas de la C.A.V. utilizar hasta la arcada al T.Constitucional etc.

La I.A., en esta coyuntura, debe combinar dos là­neas de actuacià³n. Una, más polà­tica, mediante la cual se visualice el gran fraude del PNV-EA, con respecto a los derechos humanos, el diálogo y el respeto a la decisià³n y la palabra del Pueblo vasco. Hay motivos todos los dà­as para tornarle la faz roja a quien se reclama campeà³n de los derechos humanos mientras se tortura en las comisarà­as de allá y de acá; se niega el diálogo a la fuerza polà­tica que reclama todos los derechos para todos los vascos en toda Euskal Herria; y se marea al electorado con amagos de consultillas insulsas, a guisa de globo sonda hacia Madrid.

Otra là­nea de actuacià³n, paralela, es aquella que persigue y consigue molestar tanto al tábano ( la oligarquà­a vasco-española) que à©ste termina por picar al buey (culpándole de no ser suficientemente eficiente en la lucha contra los subversivos). Esa es, precà­samente, la situacià³n entre Israel y Palestina, con Arafat en el medio. Cada vez que las masas populares de Palestina avanzan en el combate polà­tico que las enfrenta con el estado sionista de Israel, à©ste desvà­a su desesperacià³n hacia el cipayismo de Arafat. Y , tal cual, es la reaccià³n española para con el nacionalismo burguà©s vasco. Y si el tábano insiste contra el plácido buey, tal vez à©ste se decida a cambiar de prado y prefiera pacer en predio euskaldun.

En cualquier caso, el nacionalismo burguà©s vasco no se moverá por sà­ sà³lo. Y es nuestra tarea preparar las condiciones para que se mueva a un nuevo Lizarra que aglutine a la mayor parte de fuerzas abertzales y progresistas junto a los sectores más cercanos de la burguesà­a vasca. En dos palabras: debemos combinar accià³n e inteligencia polà­tica.

Deseamos que la Izquierda Abertzale y todo nuestro Pueblo se encamine por una senda democrática en la que los presos polà­ticos recuperen la libertad y se fortalezca una Alternativa nacional y liberadora. La alternativa consiste en el establecimiento de una polà­tica correcta con el nacionalismo burguà©s, que no pasa ni por la adulacià³n de la à©poca de Lizarra ni la demonizacià³n de la actual.

Ya dijimos que una Unidad Popular con un perfil nà­tidamente de izquierda y revolucionario es el mejor y más eficaz interlocutor con un PNV al que hacerle olvidar la posibilidad de integrar en sus filas a nuevos arrepentidos y trepas. Es necesario reiniciar una oferta polà­tica en tà©rminos de soberanà­a al PNV, lo más concreta y posibilista que sea , a fin de restarle argumentos de quimeras y de no pisar suelo con que siempre nos han acusado. Hay que ir a la letra pequeña.

Las declaraciones de Arzalluz sobre un referà©ndum para pedir la disolucià³n de ETA son una autà©ntica provocacià³n ya que Arzalluz deberà­a saber que serà­a mucho más eficaz para conseguir el fin de la violencia polà­tica, proponer y organizar un referà©ndum de autodeterminacià³n para que el Pueblo Vasco pueda decidir sobre su relacià³n polà­tica con el Estado español. Este precisamente deberà­a ser el núcleo de un acuerdo polà­tico sobre el que reconstruir Lizarra: el compromiso entre el PNV y la Izquierda Abertzale de llevar adelante a fecha fija si es posible dicho referà©ndum sabiendo resistir la resistencia feroz que lanzarà­a el Estado imperialista español.

Mientras el PSOE siga siendo, no el partido polà­tico representativo de las clases medias y sectores obreros españoles, vasco-españoles y autonomistas, sino un simple aparato polà­tico al servicio de la razà³n de estado capitalista, no hay condiciones para que evolucionen hacia una posicià³n democrática. Pero se debe animar a algún sector existente en su seno que al parecer no desconoce cuál es la realidad popular y no desea ser mera herramienta de la derecha reaccionaria, a dar pasos para encuadrarse en una dinámica democrática en torno a una mayorà­a social, sin que por supuesto tenga que renunciar a su programa polà­tico y a su ideologà­a.

Por otro lado, consideramos central que la clase obrera de Euskal Herria recupere el rol protagonista que tuvo en la etapa anterior y sus sindicatos mas importantes, LAB y ELA-STV, deberà­an ponerse a trabajar para recomponer su unidad, aglutinar a la mayorà­a sindical y al mayor número posible de sectores obreros, para poner las condiciones de un nuevo Frente de todo el Pueblo.

La reconstitucià³n de dicho Frente, con un compromiso claro de acudir a un referà©ndum de autodeterminacià³n en el que los vascos y las vascas de todos los territorios puedan expresarse libremente, deberà­a posibilitar el acompañamiento de una nueva tregua armada indefinida, como corresponde al análisis que la propia Organizacià³n ETA ha efectuado en múltiples ocasiones, y más concretamente en su comunicado de fecha 28.10.01, en el que expresa su más sincera intencià³n de promover una paz justa y duradera desde el democrático reconocimiento del derecho de autodeterminacià³n de Euskal Herria.


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