Colombia: Un gobierno de guerra total

04/12/2002

Comunicado de las FARC-EP

GOBIERNO DE IMPUESTOS, GUERRA TOTAL SIN DIALOGOS Y ENTREGA DE LA SOBERANIA PATRIA

1. El señor Ílvaro Uribe Và©lez llegà³ a la presidencia de la República a poner en marcha su macabra estrategia de guerra total sin diálogos contra los trabajadores y la poblacià³n de las clases baja y media, en beneficio de la oligarquà­a, los terratenientes, los grandes ganaderos, los propietarios del sistema financiero y las multinacionales del gran capital imperialista. Con lo que está ahondando mucho más la distancia entre los dos millones de oligarcas dueños del poder econà³mico y polà­tico de Colombia, del resto de la poblacià³n que cada dà­a es forzada por las polà­ticas del Estado y su Gobierno a incorporarse a las filas de los más pobres, desempleados, marginados, indigentes, desplazados y exiliados por razones del conflicto interno.

2. La creciente distancia entre ricos y pobres se cuantifica en el aumento del desempleo, del subempleo y en la baja renumeracià³n que reciben por su trabajo millones de asalariados del campo y de las ciudades, afectados tambià©n por las deficiencias en los servicios de salud, educacià³n, viviendas, crà©ditos, agua potable y tierras para los campesinos trabajar y producir en condiciones dignas para el sustento de sus familias. Estas capas sociales están condenadas a sufrir los deplorables afectos de la aplicacià³n sin reglas de la polà­tica neoliberal recetada desde Washington por el FMI y la banca internacional. En el marco de la guerra total el Gobierno decretà³ el Estado de Conmocià³n Interior y creà³ las llamadas zonas de Rehabilitacià³n sin bases econà³micas en Arauca, Casanare y Bolà­var para imponer el terror del Estado sobre la poblacià³n civil afectada para que acepten sus imposiciones y nada reclamen por el abandono estatal por más de cinco dà©cadas de gobiernos liberal-conservadores.

3. El gobierno de la oligarquà­a liberal-conservadora sube indiscriminadamente el impuesto del IVA, autoriza alzas de precios a la gasolina y el transporte para que sea el pueblo quien pague por la fuerza los elevados costos de la guerra total que consume más del 50% del presupuesto nacional. Mientras intimida al Congreso, a pesar de la independencia de poderes para forzarlo a que apruebe los decretos y leyes lesivas a los intereses de los más pobres, como acontece con la llamada Flexibilizacià³n Laboral, la Reforma Tributaria o el represivo, excluyente y politiquero Referendo. Todo esto para asfixiar más el lánguido patrimonio y libertades de los desposeà­dos y distraer la atencià³n del pueblo trabajador al tiempo que ocupa al Congreso en un debate que sà³lo sirve para maquillar el manchado rostro de los corruptos y politiqueros con asiento en las corporaciones públicas del Estado.

4. Este Gobierno Paramilitar no satisfecho con la serie de impuestos recaudados por los entes creados por el Estado permite que sus Fuerzas Militares y de Policà­a con sus bandas de Paramilitares tambià©n cobren impuestos a los pequeños comerciantes, transportadores, ganaderos, tenderos y agricultores de distintas regiones del paà­s como está sucediendo en el Meta, Caquetá, Arauca, Putumayo, Guaviare, Tolima, Huila, Boyacá y Cundinamarca para solo mencionar unos pocos lugares. La poblacià³n afectada en sus pequeños patrimonios por el cobro de los impuestos estatales exige del Gobierno que diga de una vez cuantos estados y gobiernos existen en Colombia autorizados para recaudar impuestos con el aval del Gobierno. Lo que nadie sabe es hasta cuando este pueblo resista tantas arbitrariedades sin que nadie se ocupe de investigar y castigar los responsables.

5. La actual Administracià³n en el colmo del mayor cinismo y descaro absuelve de toda responsabilidad en las masacres, asesinatos y crà­menes contra la poblacià³n civil desarmada a reconocidos jefes Paramilitares de la calaña de Rito Alejo del Rà­o y de Carlos Arturo Marulanda, entre tantos otros por ser estos exponentes y ejecutores destacados de la polà­tica Paramilitar del Estado. Con lo que además se confirma el carácter Terrorista del Rà©gimen gobernante colombiano cubierto en la impunidad ante tanta barbarie estatal.

6. La Casta Gobernante con el señor Uribe a la cabeza sueña con liquidar por la fuerza de las armas del Estado las organizaciones sindicales y populares del pueblo y la oposicià³n polà­tica revolucionaria armada en particular. Su propà³sito se basa en borrar del mapa polà­tico el movimiento guerrillero para imponer sin mayores obstáculos sus polà­ticas dictatoriales de ingrata recordacià³n en los paà­ses del Cono Sur y Amà©rica Central y entregar definitivamente la soberanà­a Patria al Gobierno gringo. Esto explica la eterna intromisià³n en el conflicto interno de los colombianos con el suministro de sofisticados aviones, helicà³pteros, armas de distintos calibres, miles de millones en dà³lares, asesorà­a militar y tà©cnica para mejorar la capacidad de combate de las Fuerzas Militares en sus operaciones contra la Insurgencia. Lo hacen pretextando el combate al terrorismo y el narcotráfico para evitar el rechazo a su polà­tica intervencionista.

7. La anterior polà­tica estatal colombiana apoyada por el Gobierno de los Estados Unidos ratifica la evidente ausencia de voluntad polà­tica del Gobierno de Uribe en buscar salidas polà­ticas dialogadas al conflicto social y armado que vive Colombia por más de 50 años. Se explica igualmente en el absoluto desinterà©s del Gobierno en concertar con la guerrilla de las FARC, el Canje de Prisioneros de guerra en poder de las dos partes Gobierno y FARC-EP, conforme a las súplicas proferidas por familiares, amigos y personalidades ocupadas de aportar propuestas polà­ticas para darle solucià³n a este problema derivado de la confrontacià³n polà­tica.

8. Las FARC-Ejà©rcito del Pueblo, llaman al pueblo de Colombia a redoblar la lucha organizada popular de masas en las fábricas, calles y campos en defensa de sus intereses, libertades y derechos fundamentales afectados por las desigualdades econà³micas, polà­ticas y sociales. Al tiempo que reafirma las FARC-EP su indeclinable compromiso revolucionario y bolivariano de continuar la batalla por la conquista del poder polà­tico mediante la combinacià³n de todas las formas de lucha mientras el Estado y sus gobiernos no modifiquen sus caducas y perversas costumbres polà­ticas. Seguros estamos que nada ni nadie conseguirá desviar los objetivos polà­ticos de la Organizacià³n alzada en armas por la conquista de la paz con justicia social.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP

Montañas de Colombia, noviembre 30 de 2002