"Mi extradición afectará el canje"

26/12/2004

Entrevista con Simà³n Trinidad, preso guerillero de las FARC-EP

Por Libardo Cardona Martà­nez
Enviado especial de EL ESPECTADOR a Cà³mbita-Boyacá

El mià©rcoles pasado, Simà³n Trinidad, el jefe guerrillero que en los prà³ximos dà­as serà­a extraditado a Estados Unidos, vestà­a un buzo verde de lana y un yin azul. No se notaba nervioso y, por el contrario, su tranquilidad daba la impresià³n de ser la de un hombre que estaba ad portas de recuperar la libertad y no la de alguien que a lo mejor ni siquiera volverá a Colombia.

Su sitio de reclusià³n, normalmente, es un cuarto de tres por tres metros. En un rincà³n hay una plancha de cemento y encima un colchà³n. Allà­ hay cientos de libros y documentos que el jefe guerrillero cuida y protege con celo. Es que, en realidad, son sus únicos acompañantes desde el 2 de enero pasado, cuando fue detenido en Ecuador.

Los guardias del Inpec lo tratan con respeto (¿o con miedo?) y a la gente que à©l considera que le da la talla intelectual, la tutea. El mià©rcoles, cuando le concedià³ a El Espectador esta entrevista –la primera y tal vez la única desde su detencià³n–, Simà³n Trinidad estuvo concentrado en un pequeño patio de la inexpugnable cárcel de máxima seguridad de Cà³mbita, en Boyacá.

Leyà³ una a una las preguntas que este perià³dico le hizo a travà©s de un cuestionario. Se sentà³ en un pequeño pupitre unipersonal y se evidencià³ su molestia porque un guardia del Inpec no se separaba de su lado. "Permà­tame un poco de privacidad", le dijo. El guardia, al instante, atendià³ la sugerencia.

Este es, pues, Simà³n Trinidad: el miembro de una influyente familia del Cesar, el ex gerente de un banco de Valledupar, coterráneo de la fallecida ministra Consuelo Araújo, el guerrillero, el ex negociador de los fallidos diálogos con el Gobierno Pastrana y el hombre al que los gobiernos de Estados Unidos y Colombia califican de narcotraficante y terrorista.

¿Cà³mo evalúa la posicià³n del Gobierno de condicionar su extradicià³n a la liberacià³n de 63 colombianos y extranjeros en poder de las Farc?

Ya hubo una respuesta del Secretariado de las Farc en el sentido de que es un chantaje. Ese criterio lo comparto plenamente. Además, sectores de la opinià³n pública calificaron la posicià³n del Gobierno como un ultimátum. Tambià©n coincido con esta interpretacià³n. Me llama poderosamente la atencià³n que en el hipotà©tico caso, muy remoto por cierto, de que las Farc liberaran a los prisioneros y esto evitara mi extradicià³n, ¿dà³nde quedarà­a la acusacià³n por narcotráfico si entonces los cargos por secuestro quedarà­an solucionados? No hay certeza, además, de quà© harà­a el Gobierno conmigo si las Farc sueltan a los prisioneros, pues de hecho, de eso no quedà³ nada escrito en la resolucià³n que dispone mi extradicià³n.

¿Considera inminente su extradicià³n a Estados Unidos? ¿Quà© piensa de ella?

Sà­, considero cierta la extradicià³n. Pero à©sta no anula nuestra lucha polà­tica. No soy ni narcotraficante ni terrorista, y allá, en los tribunales estadounidenses, no sà³lo demostrarà© esto, sino que darà© la batalla en el campo polà­tico. El Gobierno colombiano creyà³ amilanar mi moral revolucionaria con la extradicià³n, pero ello jamás sucederá.

¿Cà³mo va a afrontar los cargos que le esperan en la justicia norteamericana?

Las dos acusaciones de los fiscales son falsas, apoyadas en mentiras de un agente de la DEA y otra del FBI. Tampoco soy miembro del Estado Mayor Central de las Farc, como lo señala el indictment. Esto es muy sencillo de probar. Por ejemplo, por el cargo de narcotráfico puedo asegurar que sà³lo estuve un mes por fuera de la zona de despeje, cuando los diálogos, en febrero de 2000, pero no en Vichada, como se afirma, enviando kilos de cocaà­na hacia Estados Unidos. Es un departamento que no conozco. Sobre el secuestro de los tres norteamericanos, la justicia colombiana inicià³ una investigacià³n penal que se encuentra en la fase del juicio y, por lo tanto, la soberanà­a en el conocimiento de estos hechos le corresponde al Estado colombiano.

¿Cà³mo cree que va a afectar un eventual acuerdo humanitario o un posible diálogo Gobierno-Farc su extradicià³n a Estados Unidos?

Ya lo dijo el Secretariado en un comunicado del 28 de noviembre pasado: esta práctica indigna de la extradicià³n de colombianos interferirá seriamente en las posibilidades de canje. Con mi extradicià³n se cierran todos los caminos.

¿La extradicià³n de un comandante guerrillero que tuvo gestiones de negociador en un frustrado proceso de paz con el gobierno Pastrana abre un nuevo capà­tulo en el conflicto colombiano?

Sà­, es un nuevo capà­tulo que tendrá consecuencias en la búsqueda de la paz de los colombianos y, en particular, para los sectores democráticos, populares y revolucionarios, que buscan una salida negociada al conflicto armado.

¿Cà³mo evalúa usted que a su condicià³n de rebelde, la justicia colombiana y la norteamericana lo sindiquen de narcotráfico y terrorismo?

Ante la imposibilidad del Estado para vencerme en juicio, se inventaron los cargos de extradicià³n para asà­ evitar mi libertad, debido a que muchos de los procesos en mi contra están siendo precluidos y fallados a mi favor. Evalúo este montaje más bien como un triunfo jurà­dico al haber imposibilitado condenas por delitos que se me han querido imputar injustamente y que en este año han sido desvirtuados. Y, como ya lo dije en la segunda pregunta, en Estados Unidos tambià©n quedará desenmascarada la farsa en el sentido de que soy narcotraficante y terrorista.

¿Quà© opinià³n tiene sobre la liberacià³n, por parte del Gobierno, de 23 guerrilleros de las Farc que cumplà­an condenas de rebelià³n?

Nadie distinto al Gobierno sabe en este paà­s quià©nes son los indultados. ¿Son en realidad de las Farc? ¿Fueron guerrilleros? ¿Bajo quà© criterios los escogieron? Lo veo más bien como un acto de Uribe Và©lez en campaña reeleccionista.