Venezuela: La Red ideológica

24/02/2007
William Izarra sobre la importancia de la formacià³n ideolà³gica para la construccià³n del socialismo.

Algo no elaborado por el Proceso todavà­a que demanda su implantacià³n de inmediato para que fluya la fuerza de los motores de arranque y se pueda materializar la traslacià³n del poder es la construccià³n de la red de centros ideolà³gicos a travà©s de las unidades de difusià³n y formacià³n. Una de esas unidades, en fase incipiente pero con nombre conocido, programa y voluntades es el Centro de Formacià³n Ideolà³gica (CFI), el cual sin formar parte orgánica del Estado se ha venido constituyendo de manera espontánea como un factor del poder popular. Estas unidades ideolà³gicas activarán en el territorio nacional todos los tipos de componentes operativos didácticos, conocidas y por conocer, a fin de difundir la ideologà­a revolucionaria, formar polà­ticamente cuadros revolucionarios y estimular el estudio, la investigacià³n y la produccià³n de conocimientos. Nuevos conceptos derivados de la relacià³n constante entre teorà­a y práctica sobre el Socialismo del Siglo XXI (SSXXI) surgirán del seno del mismo pueblo.

El talento represado y al margen de la intelectualidad alienada del modelo reformista tendrá la posibilidad de ocupar espacios nunca antes permitido.
La fase de Arranque del Socialismo (10/01/07), dentro de la Etapa de Traslacià³n (tiempo de transferir y cimentar el poder polà­tico y econà³mico en las estructuras orgánicas del pueblo. Momento que da inicio formalmente a la conversià³n del gobierno en instrumento del pueblo), va a exigir que la teorà­a se escriba sustentado en la práctica del revolucionario que viene actuando en todos los espacios que abarca el Proceso. El campesino de Yaracuy, el pescador de Sucre, el trabajador de la industria petrolera o el tà©cnico en informática, por ejemplo, todos tienen la obligacià³n moral y la relacià³n de pertenencia con la revolucià³n para convertirse en productores intelectuales del SSXXI. Escribir su accià³n, sus ideas y sus realidades.
Será entonces esa práctica traducida en conceptos y juicios lo que se convertirá en la teorà­a del SSXXI. Rompiendo paradigmas, la práctica llevada a la teorà­a y escrita por sus propios protagonistas es el mà©todo para crear los postulados, principios, determinaciones y demás constructos de orden teà³rico que el conocimiento universal exige para generar una nueva tesis ideolà³gica de carácter mundial. Además, y esto es lo que remarca la ruptura de paradigmas, esa tesis con fundamentos cientà­ficos la escribe el mismo ejecutor.

Por otro lado, permitir que sea el practicante revolucionario quien señale las pautas conceptuales de su hacer, transmuta el conocimiento y quiebra la accià³n elitista del monopolio de la produccià³n de ideas, la cual ha estado siempre atado a las cúpulas intelectuales que forman la casta privilegiada del dominio del saber. Ahora, en el arranque de la Traslacià³n y la generacià³n de Centros Ideolà³gicos en todas partes, la revolucià³n tambià©n estimulará el pensamiento popular y los grupos de pensadores de base. Es en este nivel de la dimensià³n revolucionaria donde se encuentra la sabidurà­a y la proyeccià³n infinita del SSXXI. Agrego a esta reflexià³n, extraà­da de la observacià³n cotidiana, que el revolucionario pensante titulará los libros a ser escritos en esta Etapa de Traslacià³n, desplazando asà­ a los grandes nombres que recorren las librerà­a nacionales e internacionales. Los apellidos no nacionales de pensadores de otros pueblos y naciones dedicados a la investigacià³n que arrojan sus resultados luego de sus estudios sobre el Proceso Bolivariano y el SSXXI son quienes protagonizan, hoy en dà­a, la interpretacià³n de la revolucià³n venezolana. Por supuesto que ese esfuerzo intelectual es siempre bienvenido, además de aceptar el hecho incuestionable de que el pensamiento, las ideas y los conocimientos no tienen fronteras ni son exclusivos de nadie.

No obstante, en el momento coyuntural y de apertura histà³rica para la posteridad de las generaciones futuras, estamos en el punto universal de escribir una nueva teorà­a polà­tica. Y esa teorà­a cuyo inicio, su està­mulo e incentivo lo enciende la revolucià³n bolivariana tiene que ser interpretada, practicada y experimentada en primera instancia por los nacionales venezolanos. Es a este pueblo al que le compete, le corresponde y se la ha premiado con el privilegio de escribir la fundamentacià³n conceptual, principista, doctrinaria, reflexiva y de proyeccià³n universal del SSXXI.
Tienen que ser los venezolanos los que indiquen la pauta y generen las marcas imborrables de la gà©nesis del SSXXI. Despuà©s de ellos, todos los demás podrán seguir la ruta del desarrollo teà³rico que ya se ha iniciado.
izarraw@cantv.net