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En Mar del Plata está la tumba del ALCA

13. November 2005

Discurso del presidente venezolano Hugo Chávez

Presidente Chávez ¡Quà© algarabà­a! ¡Quà© vivan los pueblos de la Amà©rica Latina y el Caribe!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez ¡Quà© viva la Argentina!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Un abrazo bolivariano, sanmartiniano, guevarista, peronista, evista…
¡Quà© viva Eva Perà³n!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Ya se va el agua, me dijo nuestra amiga Blanca Chancoso que habà­a que soplar tres veces para que el agua se vaya, hay que soplar hacia arriba tres veces, se va el agua y nos quedamos aquà­ nosotros los pueblos de la Amà©rica, diciendo ¡viva la vida!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez ¡Viva la Patria!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez ¡Viva la Patria grande!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Los saludo a todos con especial emocià³n, afecto y cariño, ¡pero cà³mo hay gente aquà­! Miren ustedes: ¡arriba esas banderas! Un abrazo al pueblo argentino, esas banderas argentinas, esas banderas cubanas, esas banderas venezolanas, esas banderas uruguayas, esas banderas paraguayas, esas banderas bolivianas, esas banderas brasileñas, esa bandera de la Amà©rica unida y grande.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Quiero saludarlos a todos y a todas y agradecer a Silvio y a todos estos cantores que nos han bañado de canciones, que nos han bañado de amor, a Daniel Viglietti, Silvio Rodrà­guez, Amaury, a todos ellos, a todos ellos que nos han venido a cantar, a Daniel, a todos, gracias por esas canciones, gracias por esos versos, gracias por esa esperanza y gracias a ustedes por haberme invitado a este acto, a este encuentro de pueblos.
Yo me siento verdaderamente honrado al estar aquà­, al estar aquà­ con ustedes compartiendo este dà­a histà³rico, saludo a Diego Armando Maradona, el Pibe…
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Ven acá Diego, ven acá, dile algo a este pueblo, Diego.
Diego Armando Maradona Que los quiero mucho, gracias por estar aquà­. Echemos a Bush.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez ¡Viva Diego! ¡Viva Maradona! ¡Viva el pueblo!
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Estuve viendo la entrevista que le hizo Diego Armando hace unos dà­as a Fidel, tremenda entrevista, tremenda entrevista que le hiciste a Fidel Castro.
Asistentes Gritos, algarabà­a.
Presidente Chávez Puedo decirles una cosa, entrando al estadio, hace ya una hora aproximadamente, sà­, eran como las 12 y tanto, me dan un telà©fono, yo venà­a saludando a mucha gente ahà­, sobre todo a esa juventud que anda desbordada… ¡Viva la juventud!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Esa juventud que vuelve a levantarse por todas partes. Allá están los Barrios de Pie. Oigan, quiero que se den cuenta de una cosa: Blanca Chancoso tiene razà³n, se fue el agua, ve; por si acaso vamos a soplar otra vez.
Bueno, les decà­a que me pasan un telà©fono, una camarada cubana se me acerca y me pasa un telà©fono y yo bueno… ¿con quià©n voy a hablar yo?
-Hable, hable a ver.
Era Fidel.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Fidel está desde que amanecià³ en una silla que yo le regalà©, una silla muy cà³moda de madera de samán viendo, porque desde aquà­ estamos transmitiendo en vivo y en directo para el mundo entero, entre otros por Telesur, al mundo entero está saliendo este acto histà³rico aquà­ en Mar del Plata. ¡Vamos a hacerle una bulla al mundo! ¡Que viva el mundo nuevo! ¡Que vivan los pueblos del mundo!
Asistentes ¡Viva! Aplausos.
Presidente Chávez Bueno, ¿quieren que les diga lo que me dijo Fidel? à‰l me dijo, primero que estaba muy emocionado viendo el acto, la marcha que ustedes hicieron desde esta madrugada, el Tren del Alba, Maradona se vino en el tren ¿a quà© hora fue que salieron? A media noche, en el tren ¿cà³mo es que se llama? El tren… el plateado, se vino Maradona, venà­a de maquinista Diego Armando Maradona, venà­a directo con el Tren del Alba. Bueno, Fidel estaba viendo el tren, viendo el tren, amanecià³ viendo el tren, la marcha de ustedes y este dà­a histà³rico aquà­ en Mar del Plata y bueno, unos comentarios, me encargà³ que les saludara y que aunque à©l fà­sicamente no está aquà­, está aquà­ con nosotros.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Además ¿saben cuál fue la despedida? Como yo venà­a entrado le dije: bueno despuà©s te llamo, porque à©l se guinda y habla tres horas por telà©fono, entonces le digo -Mira yo te llamo más tarde, vamos a despedirnos, estoy entrando al estadio, y le digo como siempre le digo: “Hasta la victoria siempre, ¡Patria o muerte, venceremos!” ¿Y ustedes saben cà³mo se despidià³ Fidel?, se los voy a decir porque le oà­ la voz muy emocionada y además como un trueno, se despidià³, la voz se despidià³ como un trueno que cruzà³ el Caribe, cruzà³ el Orinoco, cruzà³ el Amazonas, cruzà³ el Rà­o de la Plata y llegà³ aquà­, me dijo: “Chávez, ¡viva el Che, carajo!
¡Viva el Che Guevara!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Bien, nosotros, camaradas, compañeros, amigas, amigos todos, hemos venido aquà­ hoy a muchas cosas, a caminar, a marchar, a saltar, a cantar, a gritar, a luchar, pero entre tantas cosas de las que hoy hemos venido a hacer aquà­ en Mar del Plata hoy y cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquà­ en Mar del Plata está la tumba del ALCA.
Asistentes Algarabà­a, gritos.
Presidente Chávez La tumba del ALCA.
Asistentes Algarabà­a, gritos.
Presidente Chávez Vamos a decirlo: ¡ALCA, ALCA, Al carajo!, ¡ALCA, ALCA, Al carajo!
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez ¿Quià©n enterrà³ al ALCA?, los pueblos de Amà©rica enterramos al ALCA, hoy, aquà­ en Mar del Plata.
Blanca Chancoso, la saludo a ella y a lo que representa, a la dignidad de los pueblos indà­genas de este continente, agradezco sus palabras y además Blanca me ha entregado una copia de las conclusiones y las resoluciones de esta maravillosa III Cumbre de los pueblos, me llevo esas conclusiones, resoluciones de los pueblos, para difundirlas, y no sà³lo para difundirlas sino para luchar por ellas, para hacer realidad los sueños de tantos y de tanto tiempo y de tanta gente, además a lo mejor cuando me toque hablar allá en la otra cumbre, la que se va a inaugurar a las cuatro de la tarde, a las tres y media, a lo mejor seguramente me a servir de mucho, de inspiracià³n y le informarà© a mis colegas presidentes que he recibido estas conclusiones, pudià©ramos sacar copias para repartirlas allá en aquella Cumbre de Presidentes y de Jefes de Gobierno para que todos estemos al tanto de las conclusiones y las resoluciones de nuestros pueblos. Quiero saludar tambià©n a un eminente compañero, luchador indà­gena tambià©n: Evo Morales, está con nosotros aquà­ hoy en la Cumbre de los Pueblos, Evo, un abrazo, ven acá hermano, dile algo a la gente.
Evo Morales Muchas gracias comandante, mi saludo revolucionario a todo el pueblo antiimperialista, que sigan en esta gran lucha para liberar a Latinoamà©rica, muchas gracias.
Presidente Chávez Gracias Evo, ese aplauso de los pueblos para este gran luchador social, revolucionario, que representa, asà­ como Blanca Chancoso, ellos y ellas representan a la estirpe más profunda de nuestros pueblos, nuestra raza aborigen, Tupac Amaru, Tecún Umán, Guaicaipuro, Atahualpa. ¡Que vivan los indios de Amà©rica!
Saludamos tambià©n a los organizadores de este maravilloso evento y permà­tanme humildemente felicitarlos por la demostracià³n de unidad, unidad, unidad, -decà­a Bolà­var- unidad, esa debe ser nuestra divisa, sà³lo unidos podremos derrotar al imperialismo y levantar a nuestros pueblos hacia una vida mejor, sà³lo unidos podremos hacerlo.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Saludos tambià©n a Edgardo de Petri, dirigente sindical y diputado nacional; Miguel Bonasso, diputado nacional y organizador de este evento junto con Edgardo; Adolfo Pà©rez Esquivel, premio Nà³bel de la Paz, hermano y amigo, nuestro Adolfo, un abrazo, compañero, como dice el tango, le voy a cambiar una palabrita al tango hoy, perdà³nenme ustedes, pido perdà³n, en vez de decir “adià³s muchachos”, digo “hola muchachos compañeros de mi vida”. Hola muchachos compañeros de mi vida, Luis D’Elà­a, diputado provincial; quiero saludar a Hebe Bonafini, gracias por sus mensajes, por sus palabras, y a todas nuestras madres de la Plaza de Mayo, ¡que vivan las madres de la Plaza de Mayo!, sus hijos, sus hijos somos nosotros tambià©n, sus hijos no se perdieron, se transformaron en un pueblo y aquà­ están vivos en el pueblo argentino y e n los pueblos de la Amà©rica que se levantan de nuevo diciendo ¡no! al imperialismo, diciendo ¡no! al fascismo, diciendo ¡no! a la intervencià³n, diciendo ¡no! a la muerte; Rafael Follonier, compañero, amigo y viceministro del interior de la República Argentina; saludamos a Ricardo Alarcà³n, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba y a toda la delegacià³n cubana, ¿dà³nde estará Lazarito? ¿Dà³nde está Lazarito? ¡Epa, Lazarito!, amigo mà­o, ven acá Lazarito, les voy a presentar a un amigo, yo una vez tenà­a una novia y à©l me la quità³, Lazarito, por ahà­ viene Lazarito, quiero que Lazarito, este muchacho cubano nos dà© un saludo, Lazarito, un abrazo primero.
Lazarito A los hermanos de Latinoamà©rica, un mensaje rápido, como dijera el Comandante, saludo solidario desde el pueblo de Cuba, que los quiere y los acompaña y nunca los abandonará ¡viva la unidad Latinoamà©rica! ¡Vivan los pueblos de Amà©rica Latina! ¡Patria o muerte! ¡Hasta la victoria siempre! hermanos.
Presidente Chávez Me está preguntando que si no hay más novias para quitarme otra, no, tú me quitaste la que yo tenà­a, ya tiene bigotes Lazarito, un abrazo a ti y a toda Cuba. Bueno, eso es lo que viene: los niños y los jà³venes, los niños y los jà³venes que son el futuro.
Lazarito La gorra que identifica a la delegacià³n cubana, usted es un cubano tambià©n para nosotros.
Presidente Chávez Gracias, Lazarito. Me pongo la gorra, estamos preparando todavà­a un juego, ahora será de fútbol: Maradona contra el equipo de Fidel, pero tú juegas para mà­, porque en bà©isbol con Cuba me rindo, pero en fútbol va a ser la revancha. Abel Prieto, ministro de Cultura de la República de Cuba, le saludamos; y a todos quienes han venido, los cantores, Alà­ Rodrà­guez Araque, está el Canciller, Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela con nosotros; Rà³ger Capella, el Embajador de Venezuela en Argentina; a todos, miembros de la comitiva oficial que me acompañan; Marà­a, mi hija que está con nosotros les manda tambià©n un saludo; Daniel Viglietti y Và­ctor Heredia y demás músicos y cantores, personalidades especialmente invitadas, invitados; movimientos sociales del continente; Federacià³n de Tierra y Vivienda. Está con nosotros el Frente Transversal Nacional y Popular Central de los Trabajadores Argentinos, Movimiento Barrios de Pie, Partido de la Revolucià³n Democrática, Movimiento Territorial de Liberacià³n, Federacià³n Nacional de Salud, Madres de Plaza de Mayo, Movimiento 26 de Julio, Movimiento Peronista Autà©ntico, Movimiento de Trabajadores Desocupados Eva Perà³n; a todos, a todos ustedes un abrazo, compañeros, camaradas, compatriotas.
Bueno, ya van a ser las dos de la tarde, allá tengo el reloj, ¡menos mal que lo tengo al frente!
Miren, por cierto que, hablando de Eva Perà³n, yo cada dà­a soy más evista, yo estoy leyendo a Eva, a Eva Perà³n, grande mujer de esta tierra, inspiracià³n para las luchas que estamos dando y que habrá que dar.
Esta mañana me preguntaba un periodista, llegando al hotel donde nos hemos alojado, me preguntaba quà© opinaba yo acerca de una publicacià³n que salià³ ayer, una de tantas publicaciones que salen, sobre todo las de Norteamà©rica, antier salià³ una publicacià³n según la cual el Pentágono está haciendo planes, planes militares para agredir a Venezuela, lo cual es absolutamente cierto porque el imperio norteamericano, en su desesperacià³n… no olvidemos lo que decà­a Mao Tse Tung, que en lo estratà©gico el imperialismo termina siendo tigre de papel, tigre de papel; por eso no hay que temerle al imperialismo, los pueblos del mundo libre estamos en capacidad de derrotar a mil imperios, como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia. Pero el imperialismo en su desespero pretende, como ha pretendido desde hace ya varios años, detener la Revolucià³n Bolivariana, como pretendià³ durante mucho tiempo, casi medio siglo detener la Revolucià³n Cubana. Asà­ como fracasà³ el imperialismo norteamericano en su intento de detener la Revolucià³n Cubana, igual fracasará en su intento de detener la Revolucià³n Bolivariana en Venezuela.
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez Pero me preguntaba este periodista sobre el tema, y además, pues, yo sà© que es absolutamente cierto, los planes militares para agredir a Venezuela están en plena preparacià³n. Ahora, ¿quà© respondà­a yo al periodista? Le respondà­a con una gran verdad: si al imperialismo norteamericano en su desespero se le ocurriera invadir a Venezuela, comenzarà­a en estas tierras la guerra de los cien años.
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez Y estaba recordando, por cierto a Eva Perà³n. Eva Perà³n, cuando dijo ella, toda digna, toda libertaria, toda patriota, dijo, lanzà³ aquella frase que el pueblo argentino conoce mejor que nadie pero que habrá que repetir una y mil veces en toda esta tierra desde el Rà­o Grande hasta la Patagonia, aquella frase: “La Patria será libre o la bandera flameará sobre sus ruinas…”, ¡más nunca seremos colonia norteamericana!
Asistentes Cánticos.
Presidente Chávez Esta mañana tambià©n, llegando ahà­ al hotel me consigo a un grupo de personas, deben estar aquà­, seguramente, y a una de ellas quiero saludarla porque conversà© con ella unos minutos, ellos vinieron de San Salvador de Jujuy, de allá vinieron: campesinos, agricultores, una maestra de escuela, ella se llama Marà­a Eugenia Villada, quiero saludarla porque me dio un abrazo infinito y me hablà³ de su padre, Carlos Eulogio Villada, quien era dirigente del Partido Comunista Argentino y desaparecià³ en la madrugada del 24 de noviembre de 1976 en la ciudad de San Salvador de Jujuy, su esposa Guillermina Castro, y su hija Marà­a Eugenia lo mantienen en la memoria, y yo le decà­a no sà³lo en la memoria, está presente aquà­ con nosotros y con à©l todos los desaparecidos de las dictaduras militares imperialistas que asesinaron a estos pueblos durante tanto tiempo.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Marà­a Eugenia además es cantante, es cantora, me cantà³ El Carnavalito, Quebradeño Carnavalito.
Bueno, cuántas cosas por decir aquà­ hoy, les traigo un saludo del pueblo venezolano, un abrazo asà­, el corazà³n de Venezuela, sà³lo traigo para compartirlo con el pueblo argentino y los pueblos de nuestra Amà©rica.
Un saludo muy especial a la delegacià³n venezolana, de los movimientos sociales que en Venezuela hoy impulsan desde abajo, desde nuestras raà­ces la Revolucià³n Bolivariana.
Ahora, fà­jense, además de enterrar aquà­ el ALBA como hoy lo estamos enterrando, enterradores nosotros; además de eso siempre he dicho, en primer lugar a los venezolanos, ahora me atrevo a decirlo más allá de Venezuela, nosotros, a nosotros, los hombres, las mujeres de este tiempo de comienzos del siglo XXI, nos toca, compañeros, compañeras, camaradas, una doble tarea histà³rica: nosotros tenemos que ser los enterradores, no sà³lo del ALCA porque el ALCA, porque el ALCA fue una propuesta, una de tantas propuestas, pero es vieja esa propuesta, antier se llamà³ de una manera “Iniciativa para las Amà©ricas” la llamaron por allá por 1990, pero ya en el siglo XVIII, naciendo aquella gran república, aquel gran estado que luego se convirtià³ en imperio, nacià³ con las garras del águila imperial, lamentablemente desde el inicio, desde hace 200 a&nt ilde;os pues, Thomas Jefferson, uno de los creadores de aquel estado norteamericano lo dijo, lo dijo, lanzà³ el plan imperialista Thomas Jefferson, dijo que Estados Unidos tenà­a como destino tragarse, -asà­ mismo lo dijo, con esa expresià³n- tragarse una a una las nacientes repúblicas antes colonias españolas, desde entonces viene el plan anexionista, colonialista de Estados Unidos, asà­ que nosotros no sà³lo debemos ser enterradores del ALCA sino enterradores y en mucha mayor dimensià³n, complejidad y profundidad, del modelo capitalista neoliberal que desde Washington arremete contra nuestros pueblos desde hace tanto tiempo.
La batalla del ALCA, la batalla del ALCA, que como bien decà­a Hebe Bonafini sin duda que la hemos ganado, pero ¡cuidado!, eso es sà³lo una batalla, eso es sà³lo una batalla de tantas batallas pendientes que nos quedan para toda la vida, ahora, decà­a que tenemos una doble tarea, enterrar el ALCA y el modelo econà³mico, imperialista, capitalista por una parte, pero por la otra a nosotros nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integracià³n, los parteros del ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Amà©ricas, para los pueblos de Amà©rica, una verdadera integracià³n liberadora, para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz, sà³lo nosotros unidos podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo XXI, un nuevo proyecto histà³rico s ocialista, lloran los pueblos de la Amà©rica, nos toca a nosotros, yo estoy seguro de que ya en la Amà©rica está engendrado el nuevo proyecto histà³rico del socialismo del siglo XXI, lo ha engendrado el vientre de Amà©rica, ahora pujemos nosotros para parirlo, para darle vida, para perfilarlo. Rosa Luxemburgo lanzà³ aquella expresià³n: “Socialismo o barbarie”, hoy se hace más dramática la expresià³n y hay que repetirla: “Socialismo o muerte”, “Socialismo o barbarie”.
Y permà­tanme, compañeros, compañeras, hermanos y hermanas, reflexionar sobre este punto lo siguiente, la construccià³n del socialismo es para nosotros razà³n de vida, impulso ideolà³gico polà­tico, pero hay que decir que ni siquiera eso se queda allà­, no se trata sà³lo, ya hoy, de un impulso polà­tico, moral, à©tico, ideolà³gico; se trata mucho más que eso de salvar la vida en este planeta, porque el modelo capitalista, el modelo desarrollista, el modelo consumista que desde el Norte han impuesto al mundo está acabando con el planeta Tierra y que se sepa, no tenemos ningún planeta cercano asà­ para que emigremos hacia allá, parece que el planeta Marte estaba más cerca en estos dà­as, me decà­a mi hija pequeña de ocho años anoche despidià©ndonos: “Papi asà³mate para que veas el planeta Marte, está un poco más cerca”, pero hasta ahora se conoce que no hay vida en Marte, parece que hubo vida en Marte, han conseguido rastros, señales, incluso vapor de agua, pero parece que en Marte se instalà³ en alguna à©poca el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Consenso de Washington y acabaron con ese planeta, esto pudiera ser ciencia-ficcià³n, pero bien vale la pena lanzar hipà³tesis, el planeta, nuestro planeta, el único que tenemos a la mano para vivir nosotros y las futuras generaciones, nuestros descendientes, está siendo destruido en nuestras propias narices por el modelo capitalista del desarrollismo destructor, esto es muy evidente, pero los principales là­deres del mundo y de los paà­ses desarrollados no quieren ver la realidad, la mayor parte de ellos porque el mundo está gobernado por los intereses econà³micos de las grandes transnacionales y sabemos bien cà³mo la amb! icià³n capitalista ciega, la ambicià³n capitalista borra no sà³lo la vista, los sentidos y la conciencia; yo, cristiano como soy siempre he dicho que el primer gran capitalista de nuestra era fue Judas Iscariote, que vendià³ a Cristo por unas monedas, y el primer gran socialista de nuestra era se llamà³ Jesús, el Redentor, el Nazareno crucificado que vino a anunciar el reino de la igualdad, el reino de la justicia y de la paz, pero no es mentira, no es ninguna exageracià³n de un grupo de cientà­ficos enloquecidos, no, está a la vista: se están deshelando los polos, hace poco leà­amos un informe de una revista cientà­fica muy prestigiosa que dice que si no hay algún cambio, si no hay algún cambio, si no se hacen cambios en el manejo de los factores que están influyendo al clima y al recalentamiento de la Tierra, dentro de 100 años el ocà©ano Írtico ya no tendr&! aacute; hielo, por ejemplo. Está elevándose el nivel de las aguas de los ocà©anos, se están recalentando las aguas de los ocà©anos y una de las consecuencias la están sufriendo sobre todo los pueblos del Caribe, los pueblos de Centroamà©rica y el mismo pueblo de Estados Unidos: esos huracanes endemoniados que arrasan pueblos enteros tienen muchas causas, pero la causa fundamental de la furia endemoniada y la fuerza inusitada que ahora adquieren estos animales es el recalentamiento de las aguas de los ocà©anos. La capa de ozono sigue abrià©ndose, es decir, en verdad no es una exageracià³n, está en riesgo la vida futura en el planeta. De eso debemos convencernos y convencer cada dà­a a más personas en el mundo, porque sà³lo la conciencia y la accià³n de los pueblos salvarán la vida en el planeta, yo sà­ estoy seguro de que salvaremos la vida para las futuras generaciones y que tendremos un mundo mejor, nuevo y distinto, estoy seguro de qu! e lo lograremos, pero nos toca a nosotros la batalla.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Hace poco estaba comenzando a leer uno de los tantos libros maravillosos, que están saliendo muchos libros, muchos libros, y hay que hacer esfuerzos por editar muchos libros y difundirlos gratuitamente por todas partes. En Venezuela estamos haciendo esto, este año hemos editado 25 y más millones de libros totalmente gratuitos, pues, Cuba tiene muchos años editando libros, millones y millones de libros para que el pueblo lea, para que los pueblos lean, se enteren; cà³mo no recordar aquà­ hoy a ese grande, nuestro Josà© Martà­. Josà© Martà­ lo dijo muy claro: “Ser cultos para ser libres.” Un pueblo culto es un pueblo libre.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Y años, años atrás, ese otro grande, Simà³n Bolà­var lo habà­a dicho, sà³lo que por el reverso de la moneda, por la otra cara de la moneda, Bolà­var lo dijo con una claridad impresionante: “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destruccià³n…” “Un pueblo culto, dijo Martà­, es instrumento hermoso de su propia liberacià³n…”
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Asà­ que se trata de salvar la vida. Yo decà­a que estaba leyendo a Noam Chomsky, ese buen escritor, yo recomiendo leer todo lo que les llegue a la mano de Noam Chomsky, là©anlo, là©anlo, no duerman, no importa, los pocos ratos libres que uno pueda tener, leer, leer, pensar, pensar y pensar, escribir, escribir y escribir.
Noam Chomsky, uno de sus más recientes libros, no sà© si incluso el más reciente, fà­jense en el tà­tulo: Hegemonà­a o supervivencia. Y está muy claramente planteado, es el mismo tema de Carlos Marx: socialismo o barbarie, es el mismo planteamiento, sà³lo que Chomsky precisa, claro, han pasado más de cien años. Chomsky precisa, enfoca el problema de este momento histà³rico del mundo: “O la hegemonà­a norteamericana o la supervivencia en el planeta…” Una de dos, escojamos los pueblos del mundo cuál es el destino para nuestros descendientes, porque siempre digo tambià©n que ya no se trata de nosotros, ya nosotros mal que bien hemos vivido, pero ahà­ están nuestros hijos, ahà­ están nuestros nietos y los que no han nacido y los que siguen naciendo, se trata de ellos: hegemonà­a o supervivencia, dice Noam Chomsky.
Y me llama la atencià³n, viendo el à­ndice del libro, uno de los primeros capà­tulos o temas que à©l toca allà­, me llamà³ la atencià³n y me fui directo allà­ a ver quà© es lo que dice Chomsky, porque es una idea que llama la atencià³n, de inmediato à©l dice que las dos superpotencias mundiales que hoy existen, uno tiene la idea de que hay una sola superpotencia ¿verdad? Asà­ que la idea como que descoloca a cualquiera. Pero me voy directo a ver quà© es lo que plantea Chomsky y lo dice: hay dos superpotencias mundiales hoy en el planeta, una amenaza con destruir al mundo, esa es la superpotencia estadounidense, la otra, la otra superpotencia está naciendo, pero no es la Unià³n Sovià©tica, no es ningún territorio, dice à©l, ningún paà­s, ningún grupo de paà­ses, no, esa otra superpotencia, dice Chomsky, que se está levantando y puede salvar al mundo es la opinià³n pública de los pueblos, valga la redundancia, la opinià³n de los pueblos del mundo, la opinià³n pública mundial, movilizada, consciente, ¡le toca la hora a los pueblos de la Tierra de salvar la vida en el planeta y salvar la vida de las futuras generaciones! Nos tocà³ a nosotros, pues, derrotar al imperialismo, a todos los imperios.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Allá en mi pueblo, yo nacà­, ustedes saben, al sur de Venezuela, en un campo, yo soy campesino de nacimiento y de crianza y por allá hay un dicho que dice: “A cada cochino le llega su sábado…” Aquà­ tambià©n, somos igual de campesinos todos. Bueno, a cada imperio le llega su sábado tambià©n, a cada imperio le llega su sábado…
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Y yo no digo que estemos ya en sábado, pero pudià©ramos estar de jueves para viernes, vamos rumbo al sábado. Vamos a proponernos como meta de nuestra vida que cuando nos toque irnos de aquà­, antes de que nosotros nos vayamos de aquà­ como generaciones, aquà­ están juntas varias generaciones, la generacià³n, hay algunos por ahà­ de los 40, de los 50, de los 60, de los 70, de los 80, y hasta ahà­. Cuando nosotros como grupo humano nos convirtamos en tierra de estas sabanas tan bellas que veà­a esta mañana aterrizando, de Mar del Plata; o en agua del rà­o de La Plata, o piedra de las sabanas de Venezuela o de cualquier parte, cuando nosotros nos vayamos de aquà­ ya el imperialismo norteamericano, si no ha desaparecido debemos dejarlo como un verdadero tigre de papel y que se levanten por todas partes los pueblos de la Tierra, como tigres de acero, defen diendo la soberanà­a, la vida, la dignidad, el futuro, tigres de acero, tigres de acero somos los pueblos, no hay imperialismo que haya sobrevivido cuando los pueblos nos decidimos a ser libres, y uno ve por todos lados que los pueblos resucitan, hay que seguir alentando, por eso este acto que ustedes… Miguel Bonasso me dijo que tiene una semana sin dormir, pero esa es la batalla, esa es la batalla: hombres y mujeres que han organizado este evento, les admiro, les admiro, todos los que han venido marchando, los que han venido en el Tren del Alba, los que vinieron de Jujuy en autobús, 24 horas, de toda la provincia de Buenos Aires, del Uruguay, del Paraguay, de Argentina, de Chile, de Bolivia, de Ecuador, de Venezuela, de Brasil, de Colombia, de Centroamà©rica, del Caribe, de Cuba, de Norteamà©rica, hay norteamericanos aquà­ tambià©n. Quiero saludar a la delegacià³n norteamericana que ha venido a este evento y pido para ellos ! un aplauso, un aplauso de reconocimiento y de hermandad al pueblo de Estados Unidos de Norteamà©rica. ¡Quà© viva el pueblo de Estados Unidos!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Ese es un pueblo hermano, ya Carlos Marx lo decà­a, y hay que repetirlo: “Con el pueblo de Estados Unidos nosotros debemos contar para salvar el planeta”. Sin el pueblo de Estados Unidos serà­a imposible salvar la Tierra. La conciencia de Martin Luther King está renaciendo en las calles de los pueblos de Norteamà©rica.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez La conciencia de Malcolm X.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Y de grandes luchadores, y aquel pueblo mezclado con la latinidad, con los afroamericanos, los negros, los blancos, los indios.
Yo hace poco tuve la ocasià³n, cuando estuvimos en la otra Cumbre, aquella de Naciones Unidas; me invitaron a visitar unos barrios en Nueva York y fuimos a varios sitios, por allá por el Bronx. Mucha gente, mucha gente, y sobre todo mucha gente pobre, afroamericanos y latinos la mayorà­a, pero tambià©n gente blanca, y vi mucha conciencia allà­, vi mucho liderazgo allà­ de jà³venes, de mujeres, organizacià³n popular, escuelas populares, talleres populares; me vine muy impresionado de la fuerza de los movimientos populares de Estados Unidos, los intelectuales, los pensadores, los luchadores por un comercio justo y por el respeto a la soberanà­a de los pueblos. Vaya nuestro reconocimiento. Hay un importante repunte de la conciencia, insisto, en el pueblo de Estados Unidos.
Última hora: me informan desde Caracas. Una marcha en Caracas, más de 80 mil personas han marchado hoy en contra del ALCA y del imperialismo y en apoyo al Congreso de los Pueblos.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez ¡Viva el Congreso de los Pueblos!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez ¡Vivan los pueblos!
Asistentes ¡Vivan!
Presidente Chávez Ahora, decà­a hace un rato que la pala y el parto, el entierro y el nacimiento. Allà­ hay que detenerse a pensar y a trabajar mucho y a actuar en consecuencia, digamos que reduciendo ya el campo de visià³n y dejando la visià³n del mundo por un momento y la expresià³n de Chomsky, de hegemonà­a o supervivencia y enfoquà©monos pues en nuestra Amà©rica y en los pueblos de nuestra Amà©rica.
Fà­jense que hoy aquà­ en Mar del Plata además de lo que ya he dicho y lo que se ha dicho, han venido a confrontarse dos viejos proyectos, dos viejos proyectos, hace un rato les hablaba, recordando a Jefferson, tambià©n habrà­a que recordar aquella expresià³n de James Monroe en 1823: “Amà©rica para los americanos.” Amà©rica para los americanos. Eran los mismos dà­as, mientras James Monroe lanzaba la expresià³n imperialista: “Amà©rica para los americanos.” Pero para ellos, porque pretendieron quitarnos incluso el nombre de americanos, los hombres y mujeres de aquà­ de Mar del Plata y de allá de la Patagonia son tan americanos como los de Nueva York, los de Washington, los de Quà©bec y los de cualquier rincà³n de este continente, somos todos americanos.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Ahora, les decà­a de dos proyectos, dos proyectos que desde allá desde la punta más al norte de Amà©rica hasta la punta más al sur del continente, desde hace unos 200 años vienen confrontándose dos proyectos, pudià©ramos sintetizarlo, asà­ como en el Norte lo lanzaron Jefferson, Madison, Monroe; igual aquà­ en el Sur ellos lanzaron su proyecto imperialista, anexionista. Y aquà­ en el Sur nuestro proyecto fue lanzado desde entonces por hombres como Miranda, San Martà­n, Artigas, O’Higgins Sucre, Bolà­var, Manuela Sáenz; hombres y mujeres de esta tierra lanzaron un proyecto hace 200 años.
Los venezolanos estamos preparándonos ya, e invitamos a todos nuestros pueblos hermanos para que el prà³ximo año 2006 conmemoremos en toda esta tierra los 200 años de la llegada de Miranda, el precursor de la revolucià³n suramericana. Miranda, aquel caraqueño universal, dijo Bolà­var de à©l, el venezolano universal de todos los tiempos. Miranda, aquel que estuvo batallando espada en mano en las tres grandes revoluciones de su tiempo, porque fue comandante de tropas y combatiente en la Revolucià³n de la Independencia de Estados Unidos, ahà­ estuvo Miranda batallando en Pensacola, en Florida; en Las Bahamas, espada en mano, y fue amigo y conocià³ personalmente a Washington, Madison y a aquellos hombres, y vio como nacià³ aquella unià³n de las antiguas trece colonias, y pensà³ Miranda entonces desde allá, 1784, 85, 86; pensà³ Miranda, y asà­ lo escribià³ , que asà­ como estaba naciendo en el norte de Amà©rica la unià³n que hoy es el imperio, habà­a que luchar en Suramà©rica por conformar tambià©n una liga de repúblicas; y fue Miranda el primero que utilizà³ el nombre de Colombia, à©l propuso la unià³n colombiana en honor a Colà³n el “descubridor”. Miranda despuà©s estuvo recorriendo el mundo y pasà³ por Moscú en tiempos de Catalina la Grande y llegà³ a ser coronel de Rusia y a los pocos años aparece en Parà­s y tomà³ armas a favor de la Revolucià³n Francesa y llegà³ a ser Mariscal de Francia Revolucionaria, amigo de Napoleà³n Bonaparte. Un dà­a Napoleà³n Bonaparte, hablando de Francisco de Miranda, dijo que era un quijote sin locura, y luego Miranda, ya a los 60 años, edad que entonces era muy avanzada, la esperanza de vida de entonces era de 50 años, hoy en ca! mbio yo tengo 51 y soy un muchachito; Maradona cumplià³ 45 y es un pibe, y Bonasso tiene 59, y Eva es una muchacha.
Bueno. Pero Miranda a los 60 años, despuà©s de haber sido comandante de tropas en la Independencia de Estados Unidos, despuà©s de haber sido Mariscal de la Francia revolucionaria, despuà©s de haber estado en Cuba y desde allà­ apoyà³ la independencia de Estados Unidos, con muchos cubanos que se fueron de allá, hay gente en Estados Unidos que seguramente no sabe, la mayor parte de ese pueblo no sabe que sangre cubana corrià³ en territorio norteamericano luchando contra el imperialismo inglà©s para darle independencia a aquellos pueblos, despuà©s Miranda se vino, hace 200 años, era 1806, en tres barcos con una pequeña tripulacià³n y una imprenta y tocà³ territorio de Estados Unidos, y tocà³ Haità­, que era libre entonces, el primer territorio libre del Caribe y de Amà©rica, la República libre y negra de Haità­. Desde aquà­ enviamos al pueblo de Haità­ nuestra solidaridad de hermanos y de compañeros, pueblo haitiano, pueblo heroico, pueblo mártir…
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Bueno, y Miranda, al final fue el Generalà­simo de la Primera República venezolana, y firmante de nuestra primera Constitucià³n en 1811, y fue el que ideà³ esa bandera amarillo, azul y rojo que hoy flamea en tres repúblicas suramericanas: Venezuela, Colombia y Ecuador; y fue el ideà³logo de la Unià³n del Sur, uno de los primeros, tenà­a un perià³dico en Londres llamado El Colombiano que circulaba en español, en inglà©s y en portuguà©s. Por la casa de Miranda en Londres pasaron casi todos los jà³venes que comenzaron a incorporarse a las filas revolucionarias, uno de ellos Bernardo O’Higgins.
Bueno. Pero a lo que quiero referirme es que hace 200 años nacià³ aquà­ un proyecto que recorrià³ este continente, la unià³n de Suramà©rica, la unià³n del Caribe, la unià³n de las repúblicas antes españolas; ese proyecto chocà³ con el proyecto del Norte, el proyecto de la Patria grande, el abrazo de Bolà­var y San Martà­n allá en Guayaquil, ahà­ se unieron en una sola idea y en un solo proyecto, pero fà­jense ustedes cà³mo terminaron todos aquellos hombres y mujeres, los que llevaron la idea más allá del horizonte, los que se fueron a la guerra de liberacià³n, desde el Caribe hasta el Rà­o de la Plata, los que cruzaron los Andes una y varias veces, como San Martà­n los cruzà³, como Bolà­var los cruzà³; cà³mo terminaron aquellos hombres, San Martà­n: muerto en el exilio, O’Higgins: muerto en el exilio, Artigas: muerto en el exilio, Bolà­var casi asesinado y muerto solitario en Santa Marta. Sucre: asesinado en Berruecos, Manuela Sáenz expulsada de la Nueva Granada y de Venezuela, y murià³ anciana por ahà­ en un pequeño pueblo del Perú; todos ellos, Abreu e Lima, el gran brasileño bolivariano, igual: murià³ solitario en Pernambuco. El proyecto era crear repúblicas de iguales y de libres, repúblicas en libertad y en igualdad, el proyecto era eliminar la esclavitud, eliminar la miseria, eliminar la pobreza, la explotacià³n; todos ellos fueron verdaderos revolucionarios, el proyecto era además crear la unià³n o liga de repúblicas de la Amà©rica meridional; en esa direccià³n apuntà³ Bolà­var cuando convocà³ al Congreso de Panamá en 1824.
El prà³ximo año, por cierto, invito a que todos los pueblos de este continente celebremos de manera activa, como lo estamos haciendo aquà­ hoy, y con congresos, deliberaciones, proyectos, debates, propuestas, construccià³n del camino, en fin, el prà³ximo año, a 180 años del Congreso de Panamá, que era la propuesta de Bolà­var para unir, para lograr lo que à©l decà­a, un gran cuerpo polà­tico, un gran cuerpo polà­tico en el Sur, y entià©ndase que para nosotros el Sur es un concepto no sà³lo geográfico sino polà­tico, ideolà³gico, porque en una ocasià³n yo hablaba del Sur y algunos mexicanos me decà­an: “Chávez ¿y nosotros?” O sea los mexicanos para nosotros son del Sur, este es un concepto polà­tico, y esa es una de las grandes tareas que tenemos hoy nosotros: recuperar la conciencia del Sur, como dice Mario Benedetti: “El Sur tambià©n existe.” Nosotros somos el Sur de la Tierra, nuestro camino es el Sur.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Es decir, desde allá viene la confrontacià³n del proyecto imperialista de la Norteamà©rica y el proyecto liberador de nosotros, desde el Sur, los del Caribe, y hoy ha recrudecido la confrontacià³n, quià©n puede negarlo, en 1990, despuà©s de la caà­da sovià©tica y el Muro de Berlà­n, el imperialismo norteamericano arremete, sale a la ofensiva, quiere cobrar, se siente victorioso, decretaron ellos el “fin de la Historia”, el fin de las ideologà­as. Hoy apenas 15 años despuà©s tendremos que decirles, como dice una vieja cancià³n: “Las ideologà­as no estaban muertas, estaban de parranda”. Decretaron el fin del socialismo. Hoy hay que decir: el socialismo no estaba muerto, estaba de parranda, y aquà­ estamos los socialistas levantando de nuevo nuestras banderas.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Luego lanzaron, en ese año 1990, la Iniciativa para las Amà©ricas, Iniciativa para las Amà©ricas, era presidente de Estados Unidos mister Father, mister Bush father era President en Estados Unidos. à‰l lanzà³ la llamada Iniciativa para las Amà©ricas que bastante daño le hizo a la Amà©rica Latina y al Caribe, porque inmediatamente las à©lites de nuestros paà­ses, casi sin excepcià³n… por supuesto que siempre, como un tigre de acero, hemos tenido allà­ a la Cuba Revolucionaria que nunca se rindià³, que nunca se doblegà³ y que por eso la admiramos y la queremos tanto, a su pueblo, a su liderazgo, a su là­der y a su Presidente. Desde aquà­ vamos a mandarle una bulla a Fidel Castro.
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez ¡Viva Fidel!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez ¡Viva el Che!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez El Che Guevara vive en estas tierras, en todos ustedes, en todos nosotros.
Bueno, entonces venà­a dicià©ndoles cuánto daño le hizo a los pueblos de Amà©rica Latina aquella Iniciativa de las Amà©ricas, el neoliberalismo, el Consenso de Washington y el asà­ conocido paquete de medidas del Fondo Monetario Internacional, y en este continente casi todos los gobiernos se arrodillaron, hay que decirlo asà­, indignamente se arrodillaron las à©lites de estos pueblos, o mejor dicho de estos pueblos no, de estas repúblicas, se arrodillaron ante el imperio, y fue asà­ como una oleada macabra comenzà³ la orgà­a privatizadora en estas tierras, y muchas, muchà­simas empresas de los estados…
Asistentes Cánticos.
Presidente Chávez Ustedes saben que a mà­ no me gusta meterme con nadie, pero el que se mete conmigo yo me meto con à©l. Hay una copla allá en las sabanas de mi tierra, que tambià©n es de ustedes, que dice asà­:
Yo soy como el espinito/
que en la sabana florea/
le doy aroma al que pasa/
y espino al que me menea.
Entonces, a mà­ no me gusta meterme con nadie pero el que se mete conmigo puede salir obstinado.
El señor Menem…
Asistentes ¡Asesino! ¡Asesino!
Presidente Chávez El señor Menem hace poco ha dicho por ahà­ a no sà© quà© perià³dico o televisora que Chávez es un populista, un demagogo, que ha engañado al pueblo venezolano, etc. Bueno, yo a Menem le digo entonces desde aquà­ desde Mar del Plata: ¡Entreguista! ¡Bastardo!
Asistentes Ovacià³n.
Presidente Chávez ¡Cipayo!
Asistentes Ovacià³n.
Presidente Chávez Bueno, uno de los paà­ses que precisamente sufrià³ más, sufrià³ más, hasta los huesos, y eso nos duele mucho decirlo, de aquella iniciativa para las Amà©ricas, de aquella orgà­a privatizadora fue precisamente la gran nacià³n argentina, que fue entregada la à©lite argentina entregà³ esta República, ¡pero hoy Argentina se levantà³ de nuevo y levanta la bandera de la libertad! ¡Quà© viva Argentina! ¡Quà© viva la Patria de San Martà­n, la Patria del Che, la Patria de Perà³n, la Patria de Evita, la Patria de nosotros! ¡Viva Argentina! ¡Te amo Argentina!
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez Todos nuestros pueblos sufrieron de aquella Iniciativa para las Amà©ricas, aquel Consenso, el Consenso de Washington. En Venezuela comenzà³ temprano la resistencia contra el Consenso de Washington, porque apenas estaban preparando los papeles de la propuesta del Consenso de Washington, apenas estaban preparando los documentos entreguistas al Fondo Monetario Internacional cuando el 27 de febrero de 1989 explotà³ Venezuela y el pueblo venezolano se fue a rebelià³n contra el proyecto imperialista y el paquete neoliberal del Fondo Monetario Internacional. En Venezuela comenzà³ temprano la resistencia, pero luego los pueblos se han venido levantando uno tras otro. Y por cierto que yo les recomiendo a mis colegas, les recomiendo a todos que no se acerquen mucho a Mr. Bush, eso es pavoso, yo que se los digo, es pavoso, es pavoso. Por ahà­ le preguntaron esta mañana a mi canciller Alà­ que si yo t enà­a alguna entrevista, alguna reunià³n con Mr. Bush, y entonces à©l respondià³, bueno, hasta ahora no nos ha pedido ninguna entrevista el señor Bush, ojalá la pida ¿no? Es pavoso.
Miren, los pupilos de Bush en Amà©rica Latina están cayendo uno a uno, uno a uno, vean aquel Presidente de Bolivia, à©l dice que yo dizque lo tumbà©, porque además me echa la culpa a mà­ y a Fidel, aquel Sánchez de Lozada, à©l dice que lo tumbà© yo, no, lo tumbà³ Bush. Bush lo tumbà³ porque à©l se entregà³ tambià©n, y los pueblos ya no aceptan aquà­ presidentes entreguistas, ni presidentes arrodillados al imperialismo. Los pueblos piden verdaderos là­deres…
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Me dicen que hay aquà­ en este acto un grupo de ex combatientes de la guerra de Malvinas, vamos a saludarlos. ¡Vivan Las Malvinas argentinas!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez ¡Viva la soberanà­a Argentina!
Asistentes ¡Viva!
Presidente Chávez Bueno, si yo sigo al ritmo que voy pudiera hablar aquà­ hasta las seis de la tarde, pero ustedes saben que yo tengo que llegar allá…
Asistentes Cánticos.
Presidente Chávez Ahora veo por quà© aquà­ no hay gordos, voy a recomendarles allá en Venezuela que hagamos el mismo salto este, es bueno para mantener la forma fà­sica y moral.
Miren, entonces yo voy a ir recortando mis reflexiones para ir redondeando algunas cosas que no quiero dejar de decir aquà­ en el dà­a de hoy, asà­ como Silvio, Daniel y Amaury generosamente acortaron su concierto, nos hubiese gustado seguir oyendo esas canciones, pero igual, ¡por el tiempo! Fà­jense, estos caminos vienen de lejos, compañeros y compañeras, estos proyectos, el anexionista del Norte y el proyecto de liberacià³n del Sur hoy vuelven a estar confrontados como siempre, es una nueva hora, es un nuevo momento el que estamos viviendo. Hace 200 años los padres libertadores no pudieron, ellos no pudieron hacerlo, y Bolà­var recogià³ en una frase profunda, en una frase dramática aquella realidad dolorosa cuando dijo: “He arado en el mar….” ¿De quà© sirvià³ esta independencia?, decà­a Bolà­var, murià©ndose ya, ellos no pudieron, no p udieron cuajar las repúblicas que querà­an, eliminando las desigualdades, los privilegios, creando repúblicas de iguales y de libres; y luego, al mismo tiempo unià©ndolas en la liga de repúblicas para equilibrar con el Norte, con el Este y con el Oeste; asà­ los planteaba Bolà­var cuando convocà³ al Congreso de Panamá en 1824. El Congreso se reunià³ en el año 26 en Panamá, pero murià³ al nacer, à©l decà­a que era necesario, era imprescindible conformar la Unià³n del Sur, una Liga de Repúblicas, en lo polà­tico, en lo econà³mico, en lo social y en lo militar, para luego ir en condiciones de igualdad y de dignidad a negociar sobre la paz, la economà­a y la guerra, con el Norte, con el Este y con el Oeste.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Esa estrategia, la estrategia de Bolà­var, que era la misma de todos ellos, esa estrategia; sà³lo que quizás Bolà­var logrà³ llevarla más lejos, logrà³ clavar una pica allá en Flandes, logrà³ orientar la brújula mejor. Unir el Sur es imprescindible para poder negociar en condiciones de igualdad y de dignidad con el Norte, y con el resto del mundo; eso hoy tiene más vigencia que ayer. Hoy es más angustiantemente necesario que ayer, nunca antes fue tan vital esta idea estratà©gica; por eso es que hace cinco años hubo la Cumbre de las Amà©ricas, la tercera, en Quà©bec, allá en Canadá, y como Cuba no participa en estas cumbres de presidentes, porque parece que “democráticamente” consultaron con alguien y “en democracia” se decidià³ que Cuba no participara, creo que fue asà­; claro que Cuba sà­ participa porque Cuba está en nuestra palabra, en nuestra voz y en nuestra moral. Cuba anda con nosotros.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Hace cinco años, allá en Canadá, el gobierno de Estados Unidos logrà³ que se aprobara, casi por unanimidad, lamentablemente, la propuesta del ALCA, un Írea de Libre Comercio para las Amà©ricas, y Venezuela fue el único paà­s que en solitario levantà³ esta misma mano para decir ¡no!, para decirle no a aquella propuesta, pero todos los demás gobiernos aprobaron la propuesta, y fà­jense lo que ha ocurrido, allá en Canadá se aprobà³ un artà­culo, un párrafo de la declaracià³n que siempre se saca donde dice: “Las negociaciones para un Írea de Libre Comercio de las Amà©ricas deberán estar concluidas el primero de enero del 2005, y además el acuerdo o convenio deberá estar activado a más tardar el 31 de diciembre de 2005”. Amanecià³ el primero de enero de 2005 y el ALCA & iquest;dà³nde está? Ya viene el 31 de diciembre de 2005 y el ALCA ¿dà³nde está? Al ALCA, repito, la derrotamos los pueblos de este continente, y al ALCA hoy le tocà³ su entierro aquà­ en Mar del Plata, hoy enterramos al ALCA, en Mar del Plata se queda enterrado y bien hondo.
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez Ahora fà­jense, en verdad que a mà­ me provoca quedarme aquà­ con ustedes, pero compromisos de Estado me obligan ¿verdad?
Fà­jense en una cosa, el ALCA está muerto, pero eso no quiere decir que el capitalismo està© muerto, insisto en esa idea, al prà³ximo que vamos a enterrar es al capitalismo, ese es el prà³ximo.
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez Para eso habrá que luchar mucho más duro, Simà³n Bolà­var ofrecà­a una fà³rmula: “Si queremos Patria entonces constancia y más constancia, paciencia y más paciencia, trabajo y más trabajo…” ¡Unidad, unidad, unidad y más unidad!, para tener Patria, para lograr nuestros sueños, para hacer posible la utopà­a, para lograr la salvacià³n de nuestros pueblos. ¡Unidad, unidad, unidad!
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Nosotros desde Venezuela hace varios años comenzamos a hacer una propuesta que primero sonaba por allà­ tà­midamente solitaria, y luego ha venido tomando fuerza y suena como los tambores que ustedes tienen por allà­, suena como las cornetas de mil caballerà­as, porque no se trata sà³lo de decirle no al ALCA, se trata de plantear y construir la propuesta alternativa, el camino alternativo y es allà­ donde surgià³ nuestra idea, nuestra propuesta: el ALBA, Alternativa Bolivariana para los pueblos de Amà©rica. Es nuestro proyecto, es el proyecto de 200 años, es el proyecto de San Martà­n, de Artigas, de O´Higgins, de Miranda, de Bolà­var, del Che, de Perà³n, de Evita, es nuestro proyecto.
El ALBA… debo decirles que en diciembre pasado estuve por Cuba y allá Fidel y yo firmamos, la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela hemos firmado un acuerdo: el ALBA, y estamos avanzando, Venezuela y Cuba hemos avanzado con paso firme, con mucha voluntad polà­tica, con mucha participacià³n popular; necesaria la participacià³n popular, con mucha voluntad social, con un gran esfuerzo en lo econà³mico, hemos dado pasos firmes en la construccià³n del ALBA, en lo polà­tico, repito, en lo social, en lo econà³mico, en lo tecnolà³gico, y crà©anme que Fidel Castro, que no cree en Dios, por supuesto, lo sabemos, yo sà­ creo en Dios, Fidel es ateo, pero Fidel Castro ¿saben quà© nombre le puso a una misià³n cubanovenezolana?: “Misià³n Milagro”, porque en verdad me dijo un dà­a por telà©fono: “Chávez, esto parece un milagro.” La última expresià³n que le oà­ es: “Dios ayuda a Chávez y a…”
Asistentes Algarabà­a.
Presidente Chávez Creo que fue cuando hubo un huracán directo hacia La Habana, y yo estaba pendiente, llamándolo, mira, no, iba a pasar sobre La Habana, y el huracán faltando muy poco se desvià³, y entonces lo llamo, mira, ¿y quà© pasà³?, ¿y el huracán? Y me dice: “No chico, se desvià³. Tú tienes razà³n.” Yo le dije, bueno, estoy pidià©ndole a Dios, Fidel, le estoy pidiendo a Dios, y entonces à©l dijo: “Tú como que tienes razà³n: Dios ayuda a Chávez… y a sus amigos.”
Le pasà³ rozando el huracán.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Y una noche yo le dije, mira Fidel vamos a hablar de Cristo, y me dijo: “Vamos, vamos a hablar”. Y al final, despuà©s de varias horas me dijo: “Chávez, soy cristiano pero en lo social…” Bueno, somos cristianos en lo social, la igualdad, la libertad: ¡eso es socialismo! Cristo, lo repito, fue para mà­ el primer gran socialista de nuestra era; la libertad, la igualad, la moral socialista de la que tanto hablà³ el Che Guevara, de la que tanto ha hablado Fidel y cuántos otros, ustedes, muchos de ustedes, algunos durante muchos años. Ahora la Alternativa Bolivariana para la Amà©rica y para los pueblos de la Amà©rica debe ser construida desde abajo, con la participacià³n de los trabajadores, la clase obrera, los indà­genas, los campesinos, los agricultores, los estudiantes, las mujeres, los afrodescendientes, los profesionales, los artistas, los cant ores, los poetas, todos tenemos nuestra tarea; pero la Alternativa Bolivariana para los pueblos de la Amà©rica no será construida desde las à©lites, es desde abajo, desde nuestras propias raà­ces, con nuestro sudor, con nuestro barro, como decà­a Josà© Martà­, Josà© Martà­ lo decà­a: “Hay que ser radicales…” Porque tenemos que ir a nuestras propias raà­ces, radicales. Esa palabra la han satanizado: “…este es un radical”, y la han asimilado como el “loco”, no, no, radical no es loco, yo soy un radical, radical, vamos a ser radicales, radicales en nuestros principios, bien enraizados, de ahà­ viene la palabra, de la raà­z: radical, ¡radicalmente revolucionario! ¡Radicalmente humanista! ¡Radicalmente patriotas, de la Patria grande! ¡Radicalmente comprometidos con la vida y con los pueblos!, ¡cada dà­a más radicale! s!
El ALBA se construye desde las raà­ces. Por ejemplo, fà­jense en una cosa para ir detallando algunos elementos configurativos del ALBA, les hablaba de Cuba y Venezuela, gracias al ALBA Cuba y Venezuela hemos hecho una alianza estratà©gica donde el dinero no tiene para nosotros sino la importancia necesaria, no es la ganancia, el ALCA lo que busca es consolidar el poder econà³mico de las grandes transnacionales y de las à©lites que han dominado estos paà­ses durante mucho tiempo, ese es el ALCA; el ALBA busca la liberacià³n de los pueblos, la redistribucià³n del ingreso de nuestros pueblos, la igualdad, el cambio del modelo econà³mico productivo, la inclusià³n social, que no haya excluidos, vean ustedes cà³mo la pobreza ha venido creciendo en Amà©rica Latina gracias principalmente al modelo capitalista y al Consenso de Washington. Hace 20 años habà­a en Amà©rica Latina 200 millones de pobres, hoy hay 222 millones de pobres, según las últimas cifras de la Cepal (Comisià³n Econà³mica para Amà©rica Latina y el Caribe), hace 20 años habà­a 50 millones de indigentes en Amà©rica Latina, hoy hay 100 millones de indigentes en Amà©rica Latina; hoy se mueren 27 niños por cada mil nacidos vivos por enfermedades que serà­an curables, en Amà©rica Latina, cada dà­a hay más hambre, más miseria, gracias al modelo capitalista neoliberal que ha azotado a estos pueblos sin clemencia, y cada dà­a los ricos son más ricos, cada dà­a las à©lites se han enriquecido más, gracias al modelo neoliberal capitalista. El ALBA, les decà­a, gracias al Acuerdo Estratà©gico Cuba-Venezuela por ejemplo, los venezolanos hemos podido derrotar un mal de siglos: el analfabetismo. En menos de dos años entre Cuba y Venezuela acabamos con el ! analfabetismo en Venezuela, gracias al apoyo de la Cuba Revolucionaria, gracias a la Alternativa Bolivariana, que tambià©n es martiana, para nuestros pueblos, en menos de dos años aprendieron a leer y escribir, y vaya cà³mo aprendieron con calidad millà³n y medio de venezolanos, y ahora continuamos, todos vamos rumbo al sexto grado. En Venezuela hombres de 90 años, mujeres de 85 años, han aprendido a leer y a escribir, y Venezuela ha sido declarada, hace una semana, Territorio Libre de Analfabetismo por la Unesco, con el mà©todo cubano “Yo sà­ puedo”; ese es el ALBA en Amà©rica Latina, y esa es una de las propuestas que llevo a la Cumbre de Mar del Plata, a la Cumbre de los Presidentes: que nos dejemos de andar de cumbre en cumbre, y de estar dando discursos y más discursos, y papeles y más papeles y que nos vayamos directo a luchar contra el analfabetismo, ¡carajo!, que lo podemos derr! otar en pocos años.
En Amà©rica Latina tenemos hoy cerca de 40 millones de analfabetas, y si hablamos del analfabetismo funcional son casi 200 millones de analfabetas funcionales. ¿Cà³mo puede alguien pensar que con esa carga tan terrible, con ese peso tan grande que nuestros pueblos cargan hace siglos producto de la esclavitud, la explotacià³n, la dominacià³n; cà³mo puede alguien pensar que mientras no derrotemos el analfabetismo podremos salir adelante? No, no podremos, no podremos, esa es una tarea prioritaria. Incluso yo estaba recordando algo esta madrugada, volando de Caracas hacia acá, leyendo algunos papeles. Hace 44 años, fà­jense ustedes en esto, hubo una cumbre muy cerca de aquà­, en Punta del Este, ahà­ en el Uruguay, y ahà­ a esa conferencia vinieron todos los gobiernos del continente, incluyendo el de Cuba, y el representante cubano a esa conferencia fue, por cierto, un argentino, que tambi&eac ute;n fue cubano y es latinoamericano, ustedes saben: el Che Guevara vino a Punta del Este representando, al frente de la delegacià³n cubana. En esa reunià³n habrá que recordar que el gobierno de Estados Unidos de la à©poca, el presidente de Estados Unidos en aquel entonces era John Fitzgerald Kennedy, y a pesar de que yo no soy kennedista ni mucho menos, entre otras cosas porque en ese gobierno ocurrià³ la invasià³n de Bahà­a de Cochinos, pero con todo y eso, sin embargo, dijo Cristo un dà­a: “A Dios lo que es de Dios y al Cà©sar lo que es del Cà©sar…” John Kennedy parece que comprendià³ parte de la realidad mundial de aquella hora y lo dijo en un discurso ante el Congreso de Estados Unidos, dijo Kennedy: “Hay una revolucià³n en el Sur, y la causa de esa revolucià³n es el hambre, es la pobreza, no es el comunismo”. Tal cual lo dijo Kennedy, y entonces fue donde propuso, ! además la propuesta llevaba por supuesto la carga polà­tica de frenar el avance de la Revolucià³n Cubana y de las revoluciones en estas tierras. Pero Kennedy propuso allà­ en Punta del Este la “Alianza para el Progreso”. Dijo Kennedy que a los planes militares de la contrainsurgencia habà­a que acompañarlos con un plan de reforma agraria y le propuso Kennedy a los presidentes de Amà©rica Latina que llevaran adelante un plan de reforma agraria; a Venezuela, incluso, fue con Rà³mulo Betancourt y entregaron tà­tulos de tierra. Hace poco yo conseguà­ por allá al sur de Caracas unos hombres ya con una juventud acumulada de unos 80 años casi, que me dijeron: “Chávez, yo recuerdo, aquà­ mismo vino, debajo de esa mata se parà³ Kennedy y nos entregà³ unos papeles con Betancourt”. Kennedy propuso reforma agraria, entrega de tierra a los campesinos. Kennedy prop! uso reformas fiscales, cobrar impuestos a los más ricos, para r edistribuir los ingresos. Kennedy dijo -con una claridad impresionante, desde su punto de vista, por supuesto- “Los que le cierran el camino a la revolucià³n pacà­fica, le abren al mismo tiempo el camino a la revolucià³n violenta…” Y llamà³ a los gobiernos a hacer una revolucià³n pacà­fica, claro, desde su punto de vista, repito. Ahora lo concreto y lo cierto es que en Punta del Este, hace 44 años y dos meses y unos dà­as vino el gobierno de Estados Unidos a proponer la Alianza para el Progreso y se aprobà³ en aquella reunià³n, con la excepcià³n de la Cuba Revolucionaria que tenà­a sus razones y tenà­a sus principios. Y el gobierno de Kennedy propuso 20 mil millones de dà³lares no para prestarlos, no, para aportarlos al desarrollo, a la lucha contra el hambre y la pobreza. Yo hoy voy a adelantar esto porque lo voy a decir allá, pero aquà­ entre nosotros! , en secreto lo voy a decir, fà­jense, Venezuela, que es un paà­s subdesarrollado, pobre, con una carga muy pesada, con una herencia muy pesada de pobreza, de desigualdad, todavà­a; sin embargo, dado especialmente el incremento de los precios del petrà³leo, además de que ya dentro del ALBA hemos creado Petrocaribe, Venezuela le está vendiendo petrà³leo a catorce paà­ses del Caribe, descontándoles 40% del precio del barril, y eso nos lo pagan a 25 años con 1% de interà©s y con tres años de gracia.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez El que le aplique a esto un cálculo matemático podrá concluir que este mecanismo incluye, ese financiamiento lleva una carga de donacià³n de cerca del 70%, porque es un plazo de 25 años a 1% de interà©s, y además ellos nos pueden pagar con bienes y servicios, no en dinero necesariamente, esto es para ayudar a los más pequeños, a los más dà©biles que nosotros, a los hermanos que tienen más dificultades.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Pero no sà³lo en el Caribe, aquà­ en Argentina hemos establecido tambià©n un convenio de cooperacià³n, ambos gobiernos, a travà©s del cual Venezuela le proporciona cerca de ocho millones de barriles de fuel-oil a la Argentina, y ustedes nos están pagando no con dinero sino con vaquillonas preñadas, por ejemplo, o con equipos mà©dicos para luchar contra el cáncer…
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Ahora firmamos con el gobierno uruguayo un convenio y por primera vez, debo decirles además que Venezuela tiene casi 100 años explotando petrà³leo, que Venezuela fue durante casi 30 años el primer exportador del mundo, pero à©ramos colonia norteamericana, y todo el petrà³leo se iba a Norteamà©rica; por primera vez hace un año llegà³ al rà­o de La Plata un barco venezolano cargado de petrà³leo para el pueblo argentino, por primera vez en 100 años.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Por primera vez en 100 años llegà³, hace tres meses un barco, un tanquero venezolano cargado de petrà³leo para Uruguay, para refinarlo allá en la refinerà­a que tienen nuestros hermanos uruguayos, y además nos van a pagar tambià©n con facilidades, no les estamos pidiendo que nos paguen ya, no, páguennos a largo plazo, y además estamos haciendo un convenio para que nos paguen con cemento y otros bienes y servicios una parte de la factura petrolera para aliviar la carga sobre estos gobiernos y el fisco, y para que puedan, bueno, avanzar más rápido en los programas sociales. A la Argentina le hemos comprado ya casi mil millones de dà³lares en bonos, eso nunca se habà­a visto aquà­, que un paà­s latinoamericano le comprara a otro bonos para financiar planes de desarrollo, a pesar de que nosotros tenemos una carga bastante pesada tambià©n. Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Pero hoy vengo a plantear que asà­ como Kennedy propuso y se aprobà³, con los mismos paà­ses que estamos aquà­ reunidos hoy, hace 44 años se aprobà³ la Alianza para el Progreso, yo propongo que hagamos ahora una alianza contra el hambre, Venezuela la propone. La Alianza para el Progreso fue un plan de diez años, era desde el 61 hasta el 70. Nosotros proponemos aquà­ hoy, vamos a proponer allá que hagamos una alianza contra el hambre, serà­a como alianza “AL.”, contra “C.”, el hambre “HA.”: “AL.C.HA.”, “ALCHA”.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Que hagamos un ALCHA, una Alianza Contra el Hambre, bueno, y que Venezuela modestamente, eso serà­a un plan asà­ como aquel 2005-2015, diez años, para que en diez años derrotemos el hambre en estas tierras, 220 millones de pobres tenemos en Amà©rica Latina, y 100 millones de indigentes, es una situacià³n horrorosa que golpea como bofetada tremenda el rostro de los hombres y las mujeres de estas tierras; son nuestros hermanos murià©ndose de hambre, mientras otros viven en el lujo y en el derroche. Venezuela ofrece, de sus propios recursos, el pueblo venezolano para una alianza como la que estoy figurándome para los prà³ximos diez años 2005-2015, diez mil millones de dà³lares, que es lo mismo que ofrecà­a Estados Unidos para la Alianza para el Progreso, diez mil millones de dà³lares.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Y estoy seguro, no le he preguntado a Fidel Castro, pero no me hace falta preguntárselo, que en esa Alianza Contra el Hambre, y en la lucha contra el analfabetismo y en los planes de salud, los planes de salud como Barrio Adentro, que con 20 mil mà©dicos cubanos, junto con miles de mà©dicos y enfermeros venezolanos están dispersos por todo el paà­s hoy ofrecià©ndole atencià³n preventiva y educativa de salud a 17 millones de seres humanos que estaban excluidos, y eso incluye medicamentos totalmente gratuitos.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Estoy seguro de que contaremos para ese plan con Fidel Castro y el pueblo cubano, estoy absolutamente seguro, ese es el ALBA, ese es el ALBA: pongamos por delante lo social, seamos profundamente humanistas, pongamos por delante el dolor de nuestra gente para fortalecer la cohesià³n social, ese es el ALBA. El ALBA tambià©n es, por ejemplo, lo que hicimos en Caracas hace apenas dos semanas, el I Encuentro Internacional de Trabajadores de Empresas Recuperadas, trabajadores de aquà­ de Argentina, de Brasil, de Uruguay, de Paraguay, de Haità­, de Colombia, de Venezuela, de más de diez paà­ses, là­deres sindicales, centrales sindicales, y hemos firmado allá decenas de convenios de cooperacià³n. Para ponerles un ejemplo, una empresa uruguaya que trabaja con cuero pero no tienen quien les dà© crà©dito, no tienen para comprar materia prima. Bueno, Venezuela les ha ofrecido, en co nvenio con trabajadores venezolanos, la materia prima para trabajar entonces entre ambas, la empresa uruguaya y la empresa venezolana; una empresa brasileña que trabaja con plástico y tiene dificultades de financiamiento, no tiene materia prima suficiente para hacer tubos de plástico, artà­culos de plástico, Venezuela le ofrece la materia prima de nuestra petroquà­mica y entonces nos van a pagar a bajo costo con productos, no con dinero, y luego vamos juntos en una alianza estratà©gica a colocar esos productos en nuestros mercados, satisfaciendo necesidades de nuestros pueblos.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez De esa reunià³n surgià³ la idea de crear Empresur (Empresas Recuperadas del Sur) eso es el ALBA. El ALBA es Petrosur tambià©n, una alianza estratà©gica entre las petroleras suramericanas: Pdvsa, Petrobrás, Ancap, y Enarsa de Argentina, para explorar, para comerciar, para procesar nuestro petrà³leo conjuntamente. Debo decirles que Venezuela está lista para adquirir aquà­ en Argentina una refinerà­a, vamos a invertir en esa refinerà­a y en un sistema de distribucià³n de combustibles, cerca de 100 millones de dà³lares para traer petrà³leo venezolano y refinarlo aquà­, y bueno, ayudar en el suministro y bajar los costos de produccià³n para el pueblo argentino.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Lo mismo con Brasil hemos hecho un convenio con Petrobrás y vamos a construir una refinerà­a grande en Pernambuco, en el Nordeste del Brasil para traer petrà³leo venezolano y refinarlo y suministrarle a toda esa poblacià³n del norte del Brasil que tiene dificultades de energà­a. Debo decirles compañeros y compañeras, con mucha humildad lo digo, pero es una verdad, y he ahà­ la razà³n de las agresiones imperialistas contra Venezuela. Fundamentalmente Venezuela tiene la primera reserva de petrà³leo del mundo, Venezuela tiene la octava reserva probada de gas del mundo; Venezuela tiene petrà³leo y gas para proporcionarle a los pueblos de la Amà©rica Latina por 200 años. Cuenten los pueblos de Amà©rica Latina y el Caribe con el apoyo de Venezuela para el desarrollo energà©tico, el desarrollo social, el desarrollo tecnolà³gico.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez En fin, he allà­ algunas là­neas que como que ayudan a dibujar la propuesta Alternativa Bolivariana para la Amà©rica. Telesur está en el aire, la televisora suramericana, propuesta nuestra de hace varios años ya salià³ al aire y cada dà­a tendrá mayor cobertura, ya está saliendo en vivo 24 horas al dà­a, esa es la televisora, asà­ lo digo yo, la televisora del ALBA, porque es necesario que nosotros nos veamos nuestros rostros y oigamos nuestras voces, no lo que quiere CNN y las grandes cadenas del Norte que nosotros veamos de nosotros mismos, para rescatar nuestras tradiciones, nuestras culturas nacià³ Telesur, la televisora del Sur, la televisora de la integracià³n del ALBA, digo.
Esta mañana recibà­ honores militares cuando bajaba del avià³n, y me paro a hablar con un soldado argentino y yo sà© los traumas que aquà­ en el Cono Sur han vivido los pueblos con los soldados, pero esos soldados argentinos, esos soldados uruguayos, esos soldados brasileños, esos soldados venezolanos, bolivianos y ecuatorianos tienen que rescatar las banderas originarias de los libertadores de estas tierras, de los soldados libertadores, porque es parte tambià©n de la penetracià³n imperialista. El imperialismo norteamericano penetrà³ las Fuerzas Armadas de nuestros pueblos, y formaron dictadores y enseñaron a nuestros soldados a torturar, a desaparecer y a arremeter a nuestros propios pueblos, muchas veces en el siglo XX, muchas veces, las más de las veces, casi todos los ejà©rcitos de nuestros pueblos actuaron como ejà©rcitos de ocupacià³n en nuestros propios territorios, y o pertenezco al Ejà©rcito venezolano que retomà³ las banderas de Bolà­var y se unià³ al pueblo para hacer una revolucià³n.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Asà­ que digo esto porque vi al soldado con el fusil al hombro, rindià©ndome honores y me parà© frente a à©l, y frente a otro y les di un saludo y le dije a uno, calladito, “No te olvides que ese fusil que tienes al pecho es para defender al pueblo argentino, para defender la soberanà­a del pueblo argentino y la dignidad del pueblo argentino”.
Asistentes Aplausos.
Presidente Chávez Y vi en los ojos de ese soldado el brillo, el brillo de la conciencia. Yo estoy seguro de que en la medida en que los pueblos sigan avanzando, construyendo el camino de la liberacià³n definitiva de nuestra Amà©rica, serán cada dà­a más acompañados, seremos cada dà­a más acompañados de nuestros soldados que son y deben ser siempre parte del alma de un pueblo, del alma de un pueblo como lo fue San Martà­n, el General mestizo; como lo fue Bolà­var, el General Libertador, como lo fueron ellos, generales libertadores, soldados libertadores, porque se trata aquà­ de una segunda independencia, lo que hoy estamos haciendo, ya lo decà­a Josà© Martà­, por allá por mil ochocientos ochenta y tantos, hablándole a los pueblos de la Amà©rica Latina: “Llegà³ la hora de la segunda independencia…”, y necesitamos a tod os, hombres y mujeres conscientes, unidos, unidos de verdad. Cuando hablaba de los soldados es que estaba recordando que asà­ como existe la OTAN (Organizacià³n del Tratado del Atlántico Norte), por quà©, digo yo, no puede existir la OTAS (Organizacià³n del Tratado del Atlántico Sur), a ver si es verdad que algún dà­a va a ocurrir lo que ocurrià³ en Las Malvinas de nuevo, que unamos tambià©n nuestras Fuerzas Armadas para asegurar nuestra soberanà­a, para definir nosotros mismos nuestros conceptos de seguridad y de defensa y de soberanà­a y no seguir dependiendo de los mandatos (como se ha dependido mucho tiempo) del Comando Sur de Estados Unidos.
Independencia, decà­a Martà­; independencia, decimos hoy en este III Congreso de los Pueblos. Termino con el alma, con la frase de Martà­: “Llegà³ la hora de la segunda independencia de los pueblos de la Amà©rica.” Ha llegado la hora. Un abrazo bolivariano, sanmartiniano, peronista, guevarista, bolivariano y revolucionario para todos y para todas. Muchas gracias Maradona, muchas gracias Bonasso, muchas gracias Bonafini, muchas gracias a todos, muchas gracias a todas por este acto maravilloso, y yo me voy a la otra cumbre, a llevar el alma de ustedes y la palabra de ustedes, de los pueblos hasta la muerte, ¡hasta la victoria siempre! ¡Patria o muerte, venceremos! ¡Viva el Che Guevara!, ¡carajo!

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